Corcholatas inútiles
¿Cuál es su papel? De ser igualmente sumisos que los legisladores, aunque más porque se supone que quieren gobernar el país. Sin embargo, ellos conocen la verdad oculta: AMLO pretende seguir gobernando
Si algo aprendió AMLO con su más reciente “ausencia médica”, es que sus corcholatas no gozan ni de simpatía popular ni de legitimidad. Ninguno de los tres logra proyectarse como dirigente nacional con voz creíble. Adán trataba de proyectar su voz como sustituto del Presidente y terminaba mostrando su pequeñez y la poca monta de sus ideas. Marcelo trataba de figurar sin lograrlo notoriamente y Claudia simplemente se derritió en el silencio.
Obviamente alarmado, el Presidente quiso hacer alarde de fuerza para encubrir la debacle de sus corcholatas. Citó a senadores morenistas, doblegó y humilló a Monreal, y les exigió que votaran todo lo que les pedía sin chistar en aquella “noche negra”. También anunció que el juego sucesorio se adelantaba varios meses, para definir su candidatura presidencial en julio o agosto. Esto último solamente si los tiempos políticos toleran la situación sin conatos de inestabilidad.
Además, arropado en su frenesí, el Presidente también explicó los métodos que va a emplear para conducir, orientar y controlar todo lo que dicen, proponen y hacen sus candidatos, especialmente es el caso de la candidatura presidencial de Morena. De hecho, dejó en claro que va a ser, simultáneamente, el coordinador de la campaña, Presidente de la República y, quizá lo más importante, la sombra oscura detrás de esa candidatura presidencial, como presencia siniestra de los jefes de la mafia.
Definió la agenda que tendrá su candidato o candidata, dejando fuera cualquier duda acerca de quién manda en el proceso. Primero se exigirá a los votantes que le den, no sólo la mayoría de curules en el Congreso, sino que también exigirá “un alud de votos” que le otorgue una mayoría absoluta en el Congreso. Quiere recuperar las dos terceras partes de diputados y senadores. Esta exigencia ignora el hecho de que en las elecciones intermedias de 2021 Morena retrocedió de forma importante en el número de curules que ocupa, habiendo perdido justamente la mayoría calificada.
El segundo punto de la agenda es que el aún Presidente de la República presentará al nuevo Congreso, que estrena a partir del 1 de septiembre de 2024, iniciativas de reformas constitucionales para ser votadas antes del último día de su gestión, que es el 30 de septiembre del año próximo. Una reforma propondrá que la Guardia Nacional se integre al Ejército nacional. La otra reforma buscará que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sean electos por voto popular. Con este acto, AMLO pretende hacer que en el país lo vean como el líder histórico de México, muy por encima de cualquier personaje que cargue coyunturalmente con el título de presidente.
Junto con lo anterior, AMLO hará que sus candidatos se comprometan a eliminar todos los órganos autónomos y fideicomisos del país, efectivamente obstaculizando las posibilidades de revisar las cuentas públicas del gobierno, de sus gastos, pretendiendo eliminar todo vestigio de rendición de cuentas al pueblo de México.
Este plan electoral de AMLO deja en claro que los candidatos de Morena harán lo que él les diga. Y lo harán así, porque los legisladores de Morena, sin excepción alguna, han mostrado el peor rostro de la sumisión ante los descerebrados que gobiernan el país en este momento de la historia.
Y a todo esto, ¿cuál es el papel de las corcholatas? De ser igualmente sumisos que los legisladores, aunque más porque se supone que quieren gobernar el país. Sin embargo, ellos conocen la verdad oculta: AMLO pretende seguir gobernando, pero oculto en las sombras.
Las corcholatas nunca serán más que eso: corcholatas inútiles, destapadas o despechadas.
