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Si divide, vencerá

Ricardo Alexander Márquez

Ricardo Alexander Márquez

Disonancias

 

El Presidente lo sabe, si divide, vencerá. Es consciente que la oposición es fuerte, pero desorganizada. Que avivar sus egos es la mejor arma del régimen para perpetuarse en el poder.

Que si mantiene las cosas como hasta hoy lo ha podido hacer, será muy difícil terminar con esta desgracia en el 2024.

Estamos a sólo dos años de las elecciones que definirán si México decide seguir por el camino de la sangre, la pobreza y el populismo, o vota por un gobierno que sirva y que cumpla las funciones que justifican su existencia.

Hoy vemos pasar los meses y la esperanza de un futuro mejor se esfuma, se vuelve frustración. No es claro hacia dónde avanzan las fuerzas políticas de oposición, mientras se fortalecen los que se quieren perpetuar en el poder.

A dos años no tenemos claridad de a dónde hay que enfocar esfuerzos. Ni cuál puede ser la salida del hoyo en el que estamos metidos. No sabemos quién puede guiar la reconstrucción del país, y más bien parecemos cangrejos en una cubeta tratando de que nadie pueda salir.

Nos falta liderazgo. No podemos esperar más para definir los perfiles que aspiran gobernar este país. No podemos posponer el erigir el andamiaje sobre el cual se va a fundamentar la organización para apoyar al próximo gobierno.

La oposición necesita ponerse de acuerdo y coordinarse, porque unida tiene una mejor oportunidad. Las elecciones de 2021 lo demostraron. Los diferentes partidos políticos lograron construir un bloque opositor que ha podido parar el espíritu destructor del Presidente y su movimiento.

Es tiempo de dejar atrás los egos y proponer un candidato de unidad entre todas las fuerzas políticas. Es momento de ser pragmáticos y de reconocer que si el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano no hacen un bloque común, es enorme el riesgo de perder el país a manos de esos gobernantes que lo han llevado a su peor momento en décadas.

No son tiempos de individualismos. Los proyectos particulares, en la elección de 2024, no tienen futuro. Si el voto se atomiza y divide, será muy difícil vencer al oficialismo, cuya maquinaria electoral está perfectamente aceitada con miles de millones de pesos de recursos públicos y privados, incluyendo del crimen organizado.

Existirán voces que argumenten que esa unión de fuerzas políticas resulta “antinatural”, pero nada se aleja más de la realidad. Las democracias funcionales están construidas sobre alianzas y consensos.

Por eso la unión no debe hacerse como un conglomerado amorfo sólo con fines electorales, sino como una plataforma común de ideas y propuestas, y la manera de lograrlo es a través de un gobierno de coalición, cuyas bases ya están en nuestra Constitución.

De ahí que apremie la ley reglamentaria que nuestros legisladores tienen olvidada.

Hoy, a dos años de las elecciones, sabemos que la inconformidad se debe convertir en acciones concretas. De nada sirve reconocer el desastre de este gobierno si no cambiamos el rumbo. Y la manera de lograrlo es definiendo una agenda en común, la cual no puede esperar.

El peor error, lo que quiere el régimen, es que no nos pongamos de acuerdo. Y en gran medida lo está logrando.

El país ya no aguanta otro sexenio bajo este desastre.

 

  • *Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana.

Twitter: @ralexandermp

 

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