México, sostenido por alfileres
El año pasado enfrentamos una pandemia que ha dejado más de 125 mil fallecidos
Probablemente, el 2020 sea el año más complicado de nuestra vida. Enfrentamos una pandemia que ha dejado más de 125 mil fallecidos, la pérdida de 12 millones empleos y la peor contracción económica en décadas, lo cual ha evidenciado algo que ya se veía venir: el país está sostenido por alfileres, en gran medida, a causa de la incompetencia de los funcionarios que ocupan la mayoría de los cargos públicos de la administración federal del presidente López Obrador y en los gobiernos locales de Morena, quienes tienen 10 por ciento de experiencia y 90 por ciento de incapacidad.
Lo peor del caso es que se sigue aplaudiendo la ineptitud desde Palacio Nacional, a pesar de que todos los indicadores son alarmantes —seguridad, salud, economía—. Además, cualquier crítica se busca acallar con ataques a quienes los hacen, como si eso fuera a cambiar la realidad.
No hay mejor ejemplo que el apagón de hace unos días, el cual dejó sin energía eléctrica a 15 entidades federativas y a 10.3 millones de personas, cuya justificación por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), dirigida por el innombrable Manuel Bartlett, fue que se debió a un incendio en un pastizal en Tamaulipas. Así de vulnerable es nuestra situación.
Pero los alfileres no sólo están en materia energética. Basta asistir a cualquier hospital público —como los del Instituto Mexicano del Seguro Social— para ver las precarias condiciones en las que se atienden a los pacientes, a los que en tiempos de covid no se les pueden dar ni batas limpias ni medicamentos, no digamos una cama con un ventilador, en un sistema que está a punto de colapsar.
La seguridad pública tampoco es la excepción. Incluso en el confinamiento por la pandemia, el 2020 tuvo, prácticamente, el mismo número de homicidios dolosos que en 2019 —cerca de 34 mil— a causa del desastre orquestado por Alfonso Durazo desde la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, lo cual le valió ser premiado con la candidatura a gobernador de Sonora por Morena. Ya había destruido bastante a nivel federal, ahora le toca hacerlo a nivel local.
Y la economía, esa piedra en el zapato del presidente López Obrador, a la que condenó desde el comienzo de su gobierno al declararle la guerra a los empresarios, es como un enfermo que nada más subsiste por estar conectado a un respirador, pero que basta cualquier imprevisto para darle el tiro de gracia. Parece que piensa que para lograr su prometido seis por ciento de crecimiento económico bastara con prender la máquina de billetes.
Así se pregunta, ¿qué van a saber esos que se prepararon por años en su especialidad? Esos que estudiaron en las mejores universidades del mundo. ¡Si gobernar es una tarea fácil! “Vamos a experimentar con la empresa más grande del país, al fin y al cabo, para sacar petróleo, basta hacer un hoyo”. “Hay que hacerle una reforma a Banxico, no importa que se contamine, si beneficia a un empresario aliado del régimen”. “¡Que se reformen las instituciones a contentillo, si para eso están!”. “Al diablo los fideicomisos públicos”. “Y a quien no le guste, que se vaya de —mi— México.”
*
Un ingeniero agrónomo en Pemex, una licenciada en lengua inglesa en la Secretaría de Economía, un rey que va desnudo y varios incompetentes en el gabinete dejan a la deriva el futuro de México. Y mientras recibimos el 2021 con un país que está sostenido con alfileres, lo mejor que podemos esperar es que nada —ni nadie— se los vaya a quitar.
