La verdadera Cuarta Transformación

En el ocaso del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, parecía que habíamos sorteado los peligros que significaban que alguien tan lleno de odio y sed de venganza fuera tan poderoso como para usar esas facultades para quemar un barco que no nos dejaría regresar a buen ...

En el ocaso del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, parecía que habíamos sorteado los peligros que significaban que alguien tan lleno de odio y sed de venganza fuera tan poderoso como para usar esas facultades para quemar un barco que no nos dejaría regresar a buen puerto.

El fracaso de los proyectos insignia del gobierno, unos verdaderos elefantes blancos, si bien habían resultado en gastos innecesarios, no habían llevado al país al precipicio y no existía nada realmente insalvable para nuestra naciente democracia.

Nos equivocamos. El presidente López Obrador, muy probablemente, porque insiste en dejar una huella indeleble en México, ha impulsado su verdadera Cuarta Transformación.

No se trata de erradicar la pobreza o disminuir los índices de violencia y homicidios, sino de enterrar a nuestras instituciones.

Y, efectivamente, lo está logrando. La sobrerrepresentación que le dio el Instituto Nacional Electoral (INE) de la mano de unos cómplices que deciden regalarle más legisladores que los que le corresponden por votación nacional, le abren la puerta a la destrucción de los organismos constitucionales autónomos y el sometimiento del Poder Judicial, cuya independencia nos ha costado décadas construir.

Ahora vemos de lo que, efectivamente, hablaba el presidente López Obrador cuando decía que su movimiento se iba a comparar con la Independencia o la Revolución.

Al darle esas llaves que, con tanto cuidado se resguardaban, el camino por el que vamos a transitar está claro y no hay vuelta atrás.

Lo que más resulta increíble es que alguien, aunque todas las voces sensatas le dicen que no haga algo que es perjudicial para el país y para su mismo proyecto, cegado por no pasar a la historia como irrelevante, esté dispuesto a todo sin importar las consecuencias.

Hay un dicho que dice que “no hay nadie más tonto que con afán de perjudicar a otro, se perjudica a sí mismo”.

Claramente estamos en ese supuesto. El mandatario pasará a la historia, pero no como está pensado.

Sabemos que en el fondo nada bueno va a salir de las reformas que está impulsando el presidente López Obrador y su sucesora.

El resultado será oscurantismo para el país y una granada a punto de explotar para los años venideros.

Pobre México.

*Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana

X: @ralexandermp

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