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La verdadera Cuarta Transformación

Ricardo Alexander Márquez

Ricardo Alexander Márquez

Disonancias

Las llamadas “trasformaciones” en México constituyen fuertes golpes de timón, marcan hitos que determinan el camino que ha seguido nuestro país. Primero fue la Independencia para liberarnos de los 300 años de dominio español. Después vino la Reforma, esa guerra entre liberales y conservadores entre 1858 y 1861. La tercera transformación fue la Revolución, que empezó en 1910 y terminó con la Constitución que rige actualmente en México.

El presidente López Obrador no se equivoca al decir que la Cuarta Trasformación de la vida nacional ya ocurrió, sin embargo, se dio mucho antes de lo que piensa.

Y es que el verdadero cambio político-social posrevolucionario que ha determinado la vida del México actual se dio en la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari, de 1988 a 1994.

Si bien el gobierno salinista fue muy controvertido y lleno de claroscuros —como las tres transformaciones que le antecedieron— es innegable que fue el comienzo de un nuevo país.

Probablemente el elemento clave y que sostiene económicamente hoy a México es la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1992, que ha sido el acuerdo comercial internacional más grande del mundo, que impacta a un mercado de más de 482 millones de personas (7% de la población mundial), genera 28% del PIB mundial, realiza 16% del comercio global y produce 55% del PIB mexicano. Gracias a ese tratado nuestro país es el principal socio comercial de la economía más grande del mundo.

Por otro lado, en el sexenio salinista se llevó a cabo la creación del Instituto Federal Electoral como un organismo constitucional autónomo, lo que nos facultó para transitar hacia la democracia y nos garantizó elecciones libres e imparciales, como las que permitieron que López Obrador llegara al poder en 2018.

También durante la verdadera cuarta transformación se dio la implementación del Programa Nacional de Solidaridad, la política social que ha sido la inspiración y base de los programas del Estado mexicano desde 1988. Quien piense que IMSS-Bienestar es una idea original, anda confundido.

Tampoco podemos olvidarnos que fue en ese periodo cuando se dio la necesaria reconciliación Iglesia-Estado y se establecieron relaciones diplomáticas con la Santa Sede, cerrando esa herida histórica que tanto le costaba a los mexicanos.

Finalmente, pero no menos importante, en abril de 1994 entró en vigor la reforma al artículo 28 constitucional, mediante la cual se otorgó autonomía al Banco de México, con el mandato prioritario de mantener el poder adquisitivo de la moneda nacional, lo cual ha garantizado la estabilidad del peso que tanto presume el gobierno actual.

En el ocaso del presente sexenio, desafortunadamente tenemos que reconocer que la administración del presidente López Obrador y su posible “segundo piso” no son sino más de lo mismo. Nada cambió y no existió ningún tipo de transformación. Más bien se pudo observar un gatopardismo que se resume en “que las cosas cambien para que todo siga igual” —pero en otras manos—.

Por eso, hay que aprender la historia nacional tal y como es, y reconocer a la verdadera Cuarta Transformación. No nos dejemos engañar por “Epigmenios” que cuentan cuentos, mientras se hacen millonarios. Al pan, pan, y al vino, vino.

 

               

*Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana

X: @ralexandermp

 

 

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