El reto del Frente Amplio
Dentro de la plataforma del Frente Amplio se deberían pactar a priori las reglas del primer gobierno de coalición de México
El Frente Amplio por México va. Se está consolidando y se empieza a mostrar como una opción viable con posibilidades de éxito para el 2024, pero necesita afianzarse de la mano de la sociedad civil.
Debe presentarse como algo más que un simple pacto electoral que terminará cuando se lleve a cabo la contienda.
La experiencia del sexenio que termina nos ha enseñado que necesitamos menos presidencialismo y más parlamentarismo. Que se tienen que construir acuerdos para avanzar hacia un verdadero proyecto de nación donde no existan los “otros datos”.
Es necesario que el Frente Amplio por México represente un espacio donde se incluyan las voces de todos los que creemos que se ha perdido el rumbo. Por eso, necesitamos que las fuerzas políticas empiecen a hablar de un gobierno de coalición que ya contempla nuestra Constitución. La aspiración es tener la estabilidad que puede representar una verdadera alianza, lo que se debe materializar con la ley reglamentaria a la reforma constitucional.
El gobierno de coalición se incluyó en nuestra Carta Magna en 2014. Es un nuevo instrumento jurídico para enfrentar los dilemas de gobernar sin mayoría y poder construir democracia. Su conformación debe apegarse a una serie de modalidades establecidas –principalmente– en el artículo 89 fracción XVII constitucional.
Ahí se establece que el Ejecutivo podrá, “en cualquier momento, optar por un gobierno de coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión. El gobierno de coalición se regulará por el convenio y el programa respectivos, los cuales deberán ser aprobados por mayoría de los miembros presentes de la Cámara de Senadores”.
La idea de la reforma fue abrir la posibilidad de terminar con el juego de suma cero de las elecciones presidenciales en donde “el ganador se lo lleva todo”. Facilitar la negociación mediante la alineación de objetivos y visiones del país, lo que implica una corresponsabilidad en las decisiones del gobierno.
El presidente López Obrador sabe que, si divide, vencerá, por eso el miedo y su obsesión con la oposición. La mejor manera de lograr un Frente Amplio exitoso es que se presente como un proyecto estable que tome en cuenta las diferentes fuerzas políticas y a la sociedad civil ávida por participar.
Por eso, dentro de la plataforma del Frente Amplio se deberían pactar a priori las reglas del primer gobierno de coalición de México –lo que podría ser impulsado por alguno de los hoy competidores–. Estas pautas marcarían los parámetros para sumar en el proyecto de gobierno a todos los candidatos del proceso de selección y servirían como base de una iniciativa de la ley que sería votada y aprobada en la instalación del nuevo Congreso en 2024.
No es tiempo de protagonismos. Se trata de sumar y no de restar. Quien quede elegido por el Frente debería ser lo de menos, pues lo que hará fuerte al movimiento es la organización y cohesión de todos sus miembros. Los candidatos deben acordar, de antemano, los espacios donde cada una de las fuerzas políticas podrá participar tras la victoria de las elecciones de 2024 y en cuales los ciudadanos también se podrán sumar.
Es momento de que nos pongamos de acuerdo. Dejar atrás las aspiraciones individuales y adoptar el primer gobierno de coalición. México lo necesita.
* Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y Profesor en la Universidad Panamericana
Twitter: @ralexandermp
