El pacto criminal
¿Nos sigue quedando duda que las organizaciones criminales operan a favor de Morena desde hace años?
“Lo importante es que hay paz en Sinaloa”, dice el presidente Andrés Manuel López Obrador a raíz de que saliera a la luz que existe un presunto pacto criminal entre la más alta esfera política de Sinaloa con los capos de la droga.
De acuerdo con la carta publicada por los abogados de El Mayo Zambada después de su detención en Estados Unidos, donde refirió que el asesinato del diputado electo Héctor Melesio Cuén —cuya investigación se ha manejado con total opacidad—, y que fuera el enemigo del gobernador Rubén Rocha Moya, se dio en el mismo lugar y a la misma hora en que él fue secuestrado y llevado a ese país por una presunta traición del hijo de El Chapo.
Conforme a los dichos del capo mexicano, en ese momento se llevaría una reunión de mediación con el gobernador, aunque él dice que no estaba enterado.
Pero la realidad es que la explicación de Rocha Moya resulta rara. El funcionario que ha sido acusado de tener vínculos con los líderes criminales del estado, ahora nos dice que justo en el momento en que iban a ser aprehendidos o entregados los grandes narcotraficantes y su rival eliminado, estaba viajando a Estados Unidos de “turismo”. Suena a coartada.
Esta situación ha hecho visible algo de lo que se ha hablado por años: la complicidad de este gobierno con las organizaciones criminales.
Pero el tema no es nuevo. Se sabe que Ricardo Peralta, cuando era subsecretario de Gobernación, se reunió con unos conocidos criminales en Michoacán al principio del sexenio.
Este hecho, incluso se ha denunciado por miembros de Morena, como Gibrán Ramírez, que aceptó que varios candidatos le habían confesado que recibieron dinero de los criminales para financiar sus campañas.
Ahora, con el afán de conservar el poder, parece que nuestras autoridades quieren hacer un pacto a largo plazo.
Seamos claros, el gobierno de López Obrador y su sucesora quieren entenderse con los homicidas de, por lo menos, 200 mil mexicanos en el último sexenio. Nuestras autoridades no están del lado de los ciudadanos, sino de sus enemigos. Ésos que los asesinan, los extorsionan y les quitan su libertad.
Es la maquiavélica visión de que el fin justifica los medios, aunque eso implique vender el alma al diablo.
Tal vez hemos sido muy ingenuos y seguimos sin entender que cuando nuestro mandatario nos dice que su estrategia es de abrazos, no balazos, justamente de eso se trata. Hay una evidente complicidad de nuestro gobierno con los cárteles, como el de Sinaloa.
Y claro que “amor con amor se paga”. Eso es algo más que nos ha afirmado el Presidente. Por eso, ¿nos sigue quedando duda que las organizaciones criminales operan a favor de Morena desde hace años?
Basta fijarse en las elecciones de estados como Sonora o Sinaloa, donde el día de las últimas votaciones fueron secuestrados una enorme cantidad de candidatos locales.
Lo más asombroso es que ante tantas declaraciones y evidencias, los mexicanos callamos y volteamos a otro lado. Como si normalizáramos una situación que nos condena a vivir encadenados a nosotros y a nuestros hijos. ¿En serio estamos dispuestos a aceptar eso?
*Maestro en Administración Pública
por la Universidad de Harvard
y profesor en la Universidad
Panamericana
X: @ralexandermp
