El momento más álgido de la pandemia
El 1º de diciembre de 2018, el presidente López Obrador asumió las riendas del país al ganar las elecciones federales con una mayoría de 53 por ciento. Un año después, la economía mexicana se habría contraído en 0.1% y el abasto de medicinas disminuido en casi ...
El 1º de diciembre de 2018, el presidente López Obrador asumió las riendas del país al ganar las elecciones federales con una mayoría de 53 por ciento.
Un año después, la economía mexicana se habría contraído en 0.1% y el abasto de medicinas disminuido en casi 10% en los hospitales públicos. Las compras consolidadas de medicamentos reportaban un atraso de cerca de 6 meses.
En noviembre de 2019, en la ciudad china de Wuhan, apareció el primer caso de covid-19, con un potencial de transmisión enorme. El 22 de enero tenían cerca de 700 casos y ningún muerto. Para el 31 de enero, el conteo de enfermos aumentó a más de 10 mil y a 213 decesos.
El 28 de enero, justo un mes antes del primer caso de coronavirus en México, el presidente López Obrador declaró que “nuestro país, afortunadamente, es de los países más preparados y con menos riesgo por la afectación” y que la pandemia le caía como anillo al dedo a su proyecto. El Dr. Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, pintó un escenario catastrófico de 60,000 mil muertos.
Así fue el comienzo de una serie de mensajes confusos y contradictorios a las recomendaciones de la OMS, como lo innecesario del confinamiento o sobre el uso del cubrebocas. También, la información que se reportaba —oficialmente— no pasaba la prueba de la risa.
Como anécdota, el 1º de febrero, un mes antes de que llegara la pandemia a nuestro país, se escribió en esta columna que “por un lado, tenemos funcionarios públicos que desconocen los temas y niegan la realidad, empezando por el secretario de Salud. Por otro lado, la descoordinación entre las autoridades de salud es manifiesta, no sólo entre diferentes niveles de gobierno, sino, incluso entre instituciones del mismo orden. Finalmente, no se está operando con el Consejo de Salubridad General, el cual fue una pieza clave en la reacción que tuvo el gobierno mexicano frente a la influenza AH1N1 en 2009”. Nada ha cambiado —para bien— desde entonces.
El 26 de abril, en un mensaje desde Palacio Nacional, el mandatario dijo que la pandemia de coronavirus se había domado. Unos días después, el Dr. López-Gatell diría que la curva de contagios se estaba aplanado.
Para los siguientes meses se empezaron a relajar las medidas de contención. Se inventaron los semáforos de riesgo y el Presidente reanudó sus giras. Prácticamente —según las autoridades—, ya se había superado la crisis. Tan mal vistas fueron las medidas del gobierno, que el 30 de noviembre, la OMS llamó a las autoridades mexicanas a “tomar muy en serio” la pandemia.
A un año del primer caso en el mundo de covid-19 y a 10 meses del primero en México, estamos enfrentando más de 11 mil casos diarios y a días de duplicar el escenario catastrófico de López-Gatell. Cada vez son más comunes los casos donde personas tienen que recorrer una decena de hospitales para recibir atención o mueren en el intento.
Apenas ayer, tras semanas de cifras alarmantes, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, autorizó el cambio de semáforo epidemiológico a rojo.
No obstante la promesa de la vacuna para los próximos meses, estamos enfrentado el momento más álgido de la pandemia, y mientras los mexicanos mueren por millares, sale el presidente López Obrador a presumir sus índices de aprobación. Impresionante.
*Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y Profesor en la Universidad Panamericana
Twitter: @ralexandermp
