Coqueteando con la dictadura
Ya no se usan armas ni militares, asumen la presidencia.
Tiempos complicados se viven en Latinoamérica. Parece que ya se nos olvidó la sangre derramada y los atropellos a derechos humanos que se vivieron en muchos países de la región durante la segunda mitad del siglo XX.
Incluso hoy en día apoyar y aplaudir a las grandes dictaduras vigentes, como Cuba o Venezuela, se puede hacer abiertamente y sin empacho. Ahí está el presidente López Obrador y su condecoración al tirano cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez con la Orden Mexicana del Águila Azteca.
Hace un par de semanas se publicó el informe de Latinobarómetro 2023 que muestra algunos datos preocupantes. Por ejemplo, refiere que en México 56% de los encuestados —frente a un 54% en Latinoamérica— señalan que no les importaría que un gobierno no democrático llegara al poder si resuelve los problemas.
El informe señala que “la gran diferencia con la ola de recesión democrática de los años 60 del siglo XX es que no hay militares, esta vez todos los dictadores son primero civiles elegidos en comicios libres y competitivos, que luego se quedan en el poder cambiando las reglas y haciendo pseudo elecciones para mantener la categoría de ‘democracia’. Ya no se usan armas ni militares, asumen la presidencia. Son electo-dictaduras civiles.” No obstante, en México estamos siguiendo un camino algo diferente y basta ver las funciones que se le han dado al ejército.
Algunos datos relevantes. En nuestro país, si en 2020, 43% de los mexicanos suscribía la frase “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, ahora, tres años después, sólo 35% suscribe esa frase. Y si en 2020, 26% era indiferente a la disyuntiva entre democracia y autoritarismo, en 2023 lo es el 28 por ciento.
Por otro lado, también va al alza la simpatía abierta por los gobiernos autoritarios. En América Latina, 17% se identificó con la afirmación: “En algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático”. En México es el doble: 33 por ciento. Lo interesante es que en 2020 era 22%, lo que significa un aumento de 50% en apenas tres años y además somos, en Latinoamérica, el país que más respalda al autoritarismo.
Por otro lado, en torno a la pregunta si “en caso de dificultades, ¿está bien que el presidente controle los medios de comunicación?”, en Latinoamérica, 36% está de acuerdo mientras que en México lo está 48%, sólo detrás de El Salvador —61%—, país gobernado por Nayib Bukele, quien, abiertamente reconoce la violación de derechos humanos “por un bien mayor”.
Curiosamente, Chile, Uruguay, Costa Rica, incluso Argentina, que tienen el mayor Producto Interno Bruto per cápita en la región, son los países que más rechazan a la dictadura.
Parece que esos ataques a la democracia que se han hecho desde el oficialismo van permeado profundo. Y ahora, el Presidente, sabe que mientras aceite la maquinaria, tal vez no pasa nada si sigue por el mismo camino autoritario que ha seguido por décadas. Ahí está el problema.
*Maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana
X: @ralexandermp
