Mortalidad de mujeres por “homicidio”

No se necesita ser genio para contrastar que, mientras los homicidios de varones se mantuvieron con una ligera tendencia a la baja, los de mujeres se incrementaron, en una situación en la que estuvimos parcialmente confinadas dentro de nuestras casas.

Recientemente me referí a las cifras reportadas por el Inegi relativas a la mortalidad materna por causas violentas, que obviamente es mucho menor que la de los varones, lo cual es válido también para todo el grupo de mujeres, al margen de la gestación. Ahora hice una búsqueda simple en las bases de datos de ese organismo buscando la cifra de muertes de mujeres por “homicidio” desde 2018 a 2023, agrupando por estado de la República, además del total.

En cuanto a las cifras totales, llama la atención que en 2018 se reportaron tres mil 752 decesos, cifra ligeramente más alta que la de 2023, que fue de tres mil 578, pero de 2020 a 2022 llegó casi a cuatro mil por año, que coincide con la pandemia de covid-19.

No se necesita ser genio para contrastar que mientras los homicidios de varones se mantuvieron con una ligera tendencia a la baja, los de mujeres se incrementaron, en una situación en la que muchas personas estuvimos parcialmente confinadas dentro de nuestras casas, es decir, que se trató de un incremento en feminicidios a manos de sus familiares o seres queridos. Me parece que no existe ninguna otra explicación razonable y, además, quizá explica también el incremento de muertes maternas.

El otro hecho que llama la atención es la enorme variación respecto del estado de la República. Hay contrastes enormes, me refiero, por ejemplo, a Veracruz que inició en 2018 con 145 muertes y llegó a 2023 con 66 defunciones; en contraste, Colima reportó 85 muertes en 2018 para alcanzar 140 en 2023, pero curiosamente tuvieron 66 en 2021 a la mitad de la pandemia. Para nadie es un secreto el brutal incremento de la actividad delictiva de aquella región, probablemente derivada del uno de los puertos de carga más importante del país que, seguramente se encuentra infiltrado por el crimen organizado. La Ciudad de México presentó un descenso, quizá no tan importante como Veracruz, pasando de 138 en 2018, en comparación con 76, en 2023. También llama poderosamente la atención las cifras de Guanajuato, que pasó de 362 a 541 en el mismo lapso, con un pico de 640 en 2020.

La impresión general es lo evidente. El confinamiento incrementó la violencia en contra de las mujeres y el incremento generalizado de la violencia también ha provocado que mueran más mujeres. Como lo he mencionado en muchas ocasiones, este fenómeno no se puede analizar sin el contexto social de un asunto discriminatorio que prevalece en la mayoría de los ámbitos de la sociedad mexicana.

Obviamente espero que el próximo gobierno, que presidirá una mujer, ponga especial énfasis en combatir las causas de tan lamentable escenario, además de recuperar las políticas tendientes al control de la muerte materna; así como se recuperen las acciones que favorecen la salud sexual y reproductiva de todas y todos.

Temas: