Certificado de defunción fetal

Durante mucho tiempo ha contemplado expedir certificación de muerte a todos los fetos a partir de las 13 semanas, hecho inútil, caro y francamente absurdo

Desde el punto de vista estrictamente técnico-académico se consideran dos periodos del desarrollo intrauterino del producto de la concepción. El primero es el embrionario, que comprende desde la unión de los gametos (óvulo y espermatozoide) hasta las diez semanas reales de desarrollo (que equivalen a 12 a partir de la última menstruación) periodo durante el cual ocurre la formación de los distintos órganos y sistemas, por cierto, de manera asimétrica; es decir, algunos sistemas se desarrollan primero y otros al último, respondiendo a una lógica de las necesidades de nutrición y oxigenación de los tejidos. Durante ese periodo de tiempo tampoco tiene ninguna lógica afirmar que se trata de un ser humano si no es por las creencias de cada persona, a lo que todas y todos tenemos derecho, pero no hay ninguna evidencia científica que avale esa postura.

A partir del término de ese periodo embrionario da inicio el fetal, que se considera desde esas diez semanas hasta el nacimiento y durante el cual siguen ocurriendo cambios muy importantes, la mayoría en maduración de muchos órganos y, por ejemplo, entre la semana 17 y 18 aparece la corteza cerebral, la llamada “materia gris”, que es donde radica el pensamiento abstracto, la capacidad de sentir amor, dolor, de reflexionar, y muchas de las características que nos hacen miembros de la especie humana.

En este contexto, para expedir una certificación de muerte no parece lógico basarnos en el periodo del desarrollo intrauterino, sino en la capacidad que tiene el feto para sobrevivir fuera del útero, y ésa aparece a partir de la semana 22. La mayoría de los sistemas sanitarios del mundo fijan sus leyes y normas de esa forma dado el interés sanitario y académico, que debe enfocarse en las muertes de fetos que, potencialmente, podrían haber sobrevivido, y eso genera conclusiones importantes que pueden explicar fenómenos sanitarios importantes. Cito como ejemplo las evidencias recientes de infecciones intrauterinas como causantes de mortalidad fetal.

Nuestra normatividad, durante mucho tiempo ha contemplado expedir certificación de muerte a todos los fetos a partir de las 13 semanas, hecho inútil, caro y francamente absurdo. Ya durante la actual administración federal actual se han hecho avances importantes como la expedición de una norma de certificado de muerte fetal electrónico, y el certificado físico tiene una leyenda advirtiendo que se debe expedir únicamente a fetos a partir de la semana 22; hechos que, por desgracia, todavía no se cumplen en la mayoría de los centros hospitalarios, tanto públicos como privados. Todas las autoridades hospitalarias se lo siguen exigiendo a los médicos y a las mujeres desde la semana 13.

Es imperativo terminar de hacer todas las modificaciones reglamentarias para cambiar la conducta de todo el personal involucrado y dejar de agredir a las mujeres que perdieron un embarazo mediante trámites burocráticos inútiles. Ojalá la nueva jefa de Gobierno aborde el tema y se le dé un manotazo final al tema.

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