Mi México
El problema es que nadie en el gobierno parece preocupado por lo que ocurre, no existen planes para remediarlo.
Amo a mi México desde que era pequeño, mis padres y mis maestros me enseñaron a amarlo y disfrutarlo; viví el crecimiento del país, la creación de instituciones para beneficio de todos los mexicanos, el fortalecimiento de los órganos de gobierno fue palpable y a pesar de ciertos problemas en los sexenios anteriores vivimos una época de expansión que todos celebramos.
Pero con la llegada de un individuo ignorante, torvo, amigo de los delincuentes, que se dedicó a destruir todo lo que habíamos construido por decenios, vivimos a partir de 2018 una degradación del país en todos los órdenes, y al cambio de gobierno, hemos visto cómo el señor que ya se fue sigue dominando el panorama, la señora presidenta Claudia Sheinbaum Pardo simplemente sigue sus órdenes y por eso estamos viviendo el caos que nunca imaginamos
La deuda pública de México alcanzó 49.9% del PIB al cierre del tercer trimestre de 2025, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Este nivel representa un aumento respecto al 49.3% registrado en el mismo periodo de 2024. En términos absolutos, la deuda neta del sector público ascendió a 18.28 billones de pesos, un incremento de 8.8% anual; así mi México no tiene salida.
Pemex es otro problema grave, por su alto nivel de deuda. La deuda a largo plazo de la compañía se sitúa en 1.3 billones de pesos. En 2023, los intereses por deuda e impuestos alcanzaron los 152 mil millones de pesos, este nivel de endeudamiento podría llevar a la empresa a un escenario de insolvencia, así mi México no tiene salida.
La salud está enferma; el señor que ya no está decidió cancelar los organismos que daban atención a millones de mexicanos y desde entonces no hay evidencia que el asunto pueda mejorar. Los diferentes cambios que se hicieron en la organización del sector salud causaron daños, miles de enfermos de covid-19 murieron, miles de pacientes no tienen ni medicinas ni atención en clínicas y hospitales, y ahora se ha decidido recortar aún más el presupuesto en salud; de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el Instituto Nacional de Cardiología enfrentará un recorte de 31%; el Hospital Infantil de México, de 29%; el Instituto Nacional de Pediatría, de 26%, y el Hospital General de México, de 24% por ciento. Estos ajustes dejarán al país con el presupuesto más bajo para la atención médica especializada desde 2010, así, mi México no tiene salida.
Pero donde ha sido más evidente el deterioro de México es en la seguridad; miles de asesinatos, miles de desapariciones, la percepción de inseguridad de los mexicanos aumentó a 63.2% en el segundo trimestre de 2025, un nivel significativamente mayor a 59.4% que se reportó en el mismo periodo de 2024; esto significa que más de seis de cada 10 habitantes de más de 18 años consideraron inseguro vivir en su ciudad; así mi México no tiene salida.
El problema es que nadie en el gobierno parece preocupado por lo que ocurre, no existen planes para remediarlo; la violencia sigue sin freno y la muerte del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, colmó la paciencia de los ciudadanos que por millones se han manifestado en contra del abrazos, no balazos que continúa en la presente administración; el solo hecho de que la señora Presidenta presente un “Plan de paz”, confirma, sin duda, que estamos en guerra, guerra a la que no se atreve a enfrentar, y afirma: “La guerra contra el narco está fuera de la ley” (sic); así mi México no tiene salida.
Soy optimista irredento, y a pesar de lo que veo, espero que entre los mexicanos haya quienes puedan organizar partidos políticos eficientes que enfrenten el caos en el que vivimos. Sé que los hay y espero que superen todos los obstáculos; mientras, seguiré pensando, con tristeza, que así mi México no tiene salida.
