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¿Qué hará México ante las tensiones entre China y Estados Unidos?

Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director


Dicen que hay que tener cuidado con lo que uno desea… porque se puede cumplir.

México quiso ser nuevamente parte del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidos y, como tal, este mes le toca presidirlo.

Al asumir el cargo, el lunes, el embajador Juan Ramón de la Fuente informó que México planea poner sobre la mesa del debate temas como tráfico de armas y corrupción. Este último será el eje del discurso que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentará ante el organismo el próximo martes 9, durante el segundo viaje internacional desde que asumió el poder. 

Sin embargo, diversas tensiones internacionales –en especial, el que protagonizan Estados Unidos y China sobre el estatus de Taiwán– pudieran requerir que los propósitos de México tengan que posponerse o no cumplirse por completo y nuestro país se vea involucrado hasta el cuello en la gestión de asuntos mucho más espinosos.

El domingo pasado, el secretario de Estado estadunidense Antony Blinken y el ministro de Exteriores chino Wang Yi cruzaron acusaciones en el marco de la reunión del G20 en Roma. 

Blinken reclamó los ejercicios militares cada vez más frecuentes que Pekín ha venido realizando en la zona de exclusión aérea de Taiwán, al tiempo que Wang acusó a Washington del daño causado a “derechos e intereses legítimos de China”. 

Taiwán es el tema más contencioso –aunque no el único– entre los dos países. China no renuncia a reincorporar la isla a su territorio y Estados Unidos tiene una ley que obliga a su gobierno a proveer a los taiwaneses de medios para defenderse. 

Si bien Washington ha optado por una política de “una sola China”, relacionándose únicamente con Pekín en el terreno diplomático, sigue vendiendo armas a Taiwán para cumplir con lo establecido en dicha ley. 

Las autoridades taiwanesas han advertido que China está preparando una invasión y que, si eso ocurre, los isleños pelearán “hasta el final”. 

¿Está México listo para que el conflicto sino-estadunidense sobre Taiwán y otros intereses estratégicos escale durante el mes en que le toca presidir el Consejo de Seguridad de la ONU? 

Aunque la paz internacional es el principal mandato del organismo, México no ha hecho sino ambiguas referencias a los problemas que actualmente amenazan la convivencia mundial. 

Otro foco de tensión está en Oriente Medio, donde las autoridades israelíes anunciaron ejercicios militares para un eventual choque con Hezbolá, el grupo armado chiíta libanés que tiene fuertes vínculos con Irán. Durante esos ejercicios, que durarán todo el mes de noviembre, las Fuerzas de Defensa de Israel llamarán a reservistas para que estén listos y algunos de ellos se reporten con sus unidades de combate. 

En tanto, en el este de Ucrania se han incrementado los enfrentamientos entre el ejército ucraniano y fuerzas separatistas prorrusas, lo que ha llevado a un cruce de acusaciones entre Kiev y Moscú. 

Los combates en la región de Donbass comenzaron en 2014, después de que Rusia anexó Crimea y han dejado unos 14 mil muertos. Un ataque ucraniano con un dron de fabricación turca contra posiciones de los separatistas llevó al canciller ruso Serguéi Lavrov a advertir que Kiev estaba tratando de involucrar a Moscú en el conflicto. “Observamos intentos de provocación, de jalar a Rusia participar en algún tipo de combate”, dijo. 

Si a las situaciones anteriores agregamos las pruebas norcoreanas con misiles de mediano y largo alcance; la hambruna y el terrorismo que azotan a Afganistán, y los enfrentamientos verbales entre Francia y Australia por la cancelación de un contrato de compra de submarinos, el plato del Consejo de Seguridad parece bastante lleno como para todavía agregar un debate –que México quiere impulsar– sobre corrupción y tráfico de armas.

 

clm

 

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