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Falsos autodefensas

Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director

José Artemio Maldonado Mejía, conocido como El Rabias o el Michoacano, acababa de ser detenido, el viernes pasado, en el centro de Texcoco, en un operativo conjunto de las policías de Hidalgo y el Estado de México. Apenas ayer se debía realizar su primera audiencia ante el juez.

En su historial delictivo figuran el robo de hidrocarburos, narcomenudeo, tráfico de drogas, secuestro y asalto.

Maldonado Mejía fue uno de los nueve reos que se fugaron ayer por la madrugada del penal de Tula, apoyados por un comando armado que hizo estallar dos coches bomba para distraer a las autoridades y cubrir su huida.

Era parte del grupo Pueblos Unidos, que, a finales de junio pasado, difundió un video en el que hombres encapuchados y fuertemente armados declaraban la guerra a los huachicoleros de Hidalgo, ostentándose como un grupo de autodefensa.

“Todos tenemos algo en común: la pérdida de un hijo, de un primo, de un hermano, un papá, un amigo a causa de estos huachicoleros que han dañado a toda nuestra población”, dice uno de los hombres que aparece en el video.

Sin embargo, Maldonado y sus socios no pertenecen a ningún grupo de autodefensa. De acuerdo con investigaciones de las autoridades, él y sus hermanos fueron parte de una banda dedicada a secuestrar migrantes en Mexicali.

Su hermano Lucio, apodado El Jabalí, también protagonizó una espectacular fuga, en noviembre de 2012, cuando era trasladado del penal de Pachuca –donde cumplía una condena de 25 años de prisión– a una clínica particular. En 2015 fue reaprehendido en la capital bajacaliforniana.

En abril de ese último año, José Artemio Maldonado recurrió al mismo método para escapar de prisión en su natal Uruapan, cuando era trasladado al hospital, fingiendo problemas de salud. Así que ya es la segunda vez que se evade.

En la acción de ayer, en Tula, también se escapó Mariano Maldonado Mejía, líder la banda, conocida como M1 o Los Emes. El grupo tiene su base en el poblado de La Loma, en Tepetitlán, municipio vecino de Tula. La comunidad está asentada sobre el ducto Tula-Salamanca de Pemex.

El cambio de nombre a Pueblos Unidos obedeció a una estrategia para deshacerse de la competencia en la ordeña ilegal de combustible.

En diferentes partes del país comienzan a aparecer grupos armados que dicen ser autodefensas, supuestas organizaciones de ciudadanos hartos de la delincuencia que dicen querer hacer el trabajo que las autoridades no están realizando. 

¿Qué grupo real de autodefensa –si es que eso existe– tiene la capacidad de organizar una fuga de reos y detona coches bomba en el proceso?

A Pueblos Unidos se atribuye el secuestro, en agosto pasado, del exalcalde de Tepetitlán, el médico Víctor Manuel Constantino Chávez, quien fue sacado de su consultorio por hombres armados, junto con su esposa y un enfermero. Las víctimas –por las que los plagiarios pedían cinco millones de pesos– fueron rescatadas por la Unidad Especializada de Combate al Secuestro de la policía estatal.

A lo largo del verano pasado, Tepetitlán vivió una cruenta guerra entre Pueblos Unidos y el grupo de Los Hades, por el control del robo de combustible, con balaceras y la aparición de cadáveres en distintos puntos del municipio.

Con frecuencia, este tipo de organizaciones genera confusión en los medios, que los toman por autodefensas. La mayoría son, en realidad, simples delincuentes, otros más. O, en el mejor de los casos, terminan por ser controlados por criminales, pese a los nobles objetivos de sus fundadores.

La responsabilidad de mantener segura a la población y combatir a la delincuencia es de la autoridad. A ella hay que exigirle cuentas y no poner esperanzas de paz en hombres que se arman ilegalmente y terminan por hacer lo mismo que quienes supuestamente buscan combatir.

BUSCAPIÉS

*Hace apenas dos años, otro secuestrador se fugó del penal de Tula, vestido de mujer. Es muy difícil pensar que hechos como ese y los de ayer ocurren sin la complicidad de las autoridades.

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