#PrimeraNETA: Los hombres y mujeres, las mujeres y los hombres, ahora que está tan tristemente de moda el asunto del género, deben de ser recordados por lo profundo de sus actos, por pasajes únicos, sólo de ellas y de ellos; por el empeño, por la posesión de esa inexplicable y, para muchos, inalcanzable capacidad de encontrar la fuerza cuando no sólo parece, sino cuando buena parte de la vida realmente les ha sido arrebatada, no por las pendejadas que se digan frente a un micrófono en un arranque de nervios, éxtasis, fascinación y arrebato. Los que no están hechos del mismo lodo que las multitudes son los que suelen perdurar y ser ejemplo. Claro, siempre y cuando su historia sea contada. Uno de ellos es Tony El Turco Mohamed.
#SegundaNETA: Creativo dentro y fuera de la cancha, El Turco igual sorprendía con la asistencia imposible en medio de tres marcadores, que con el pase a las redes cobrando sin vuelo un tiro libre, directo y perfecto. Previo a sus genialidades, Tony, gafete de capitán en brazo, suministraba sed de protagonismo a sus Toros Neza que saltaban a la cancha, transmitidos por TV Azteca y narrados por don Emilio Fernando Alonso, con máscaras de Bart Simpson, Salinas de Gortari o Gene Simmons. Mohamed siempre fue un fuera de serie: artista, distinto, respaldado además por un hombre conocedor, paciente y maduro, uno de los directores técnicos de aquellos Toros Neza: Enrique El Ojitos Meza, quien al ser cuestionado por las “locuras” de Mohamed y compañía, se limitaba a declarar: “Hacían de cada momento algo muy alegre, y me parecía a mí que no había por qué oponerse a algo que sólo daba alegría; a nadie le hacían daño”… otro hombre de época. Rodó por América, Rayados y otros equipos de divisiones menores antes de convertirse en histórico entrenador de la Liga Mexicana. No pudo llegar a presenciar el partido de Alemania contra Argentina que ganaron los locales en el Mundial de 2006. El futbol vuelto un drama: un accidente carretero en Alemania le arrebató la vida de Faryd, su hijo de nueve años. Un niño, rubito, que era su sombra: lo recuerdo caminar detrás de él en los pasillos del Estadio Corregidora cuando Tony, en silencio, aprendía de estrategias con los Gallos Blancos de Cocca y Markus López, de Nurse y De la Cruz.
#NETASextras: Después de enterrar a un hijo, Mohamed Matijevch tuvo tiempo, ganas, credenciales, pero, sobre todo, tuvo la voluntad necesaria para convertirse en pentacampeón de #Molelandia en menos de 15 años. Fue lo suficientemente hombre para mentarle la madre, con algo de razón y en vivo, a un conductor de Televisa. Pero más hombre para regresar a ese mismo micrófono a ofrecer una disculpa acompañada de un: “Me siento avergonzado”. Hombre ley.
