Logo de Excélsior                                                        

México se suma a la búsqueda de la vacuna contra el covid-19 a nivel internacional

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Martha Delgado* y Esther Orozco**

En las horas difíciles que hoy vivimos, el mayor desafío global es obtener una vacuna contra la pandemia covid-19 que detenga la enfermedad y salve la vida de muchos. Decenas de países en el mundo están en la línea de fuego intentando detectar, primero, la molécula o moléculas que al inocularse en los seres humanos genere una respuesta inmunológica que los proteja contra del virus SARSCov2; y, después, producirla para aplicarla a los más de 7,500 millones de habitantes del planeta.

Se estima que hay al menos 135 proyectos de vacunas en proceso en diferentes partes del mundo. La amenaza a la salud y la vida que este virus representa para la humanidad ha hecho el milagro de lograr unir esfuerzos de científicos, médicos, compañías farmacéuticas, gobiernos, organismos multilaterales y fundaciones de apoyo a la investigación biomédica. Algunos de estos actores han dejado, por el momento, sus intereses legítimos, pero en este momento secundarios, como pueden ser las ganancias económicas, los intereses políticos, la fama o el reconocimiento, para sumar y hacer sinergias que permitan responder exitosamente al reto de la supervivencia que nos presenta el covid-19, la vuelta a una normalidad que no podrá ser la de antes y la cual esperamos produzca cambios que mejoren la convivencia y la generosidad humana.

Entre las iniciativas multilaterales destacan la Coalición para la Innovación en la Preparación para responder a las Pandemias (Cepi, por sus siglas en inglés) y la Alianza de Vacunas GAVI (Global Alliance for Vaccines and Immunization), en cuyos esfuerzos participa el gobierno de México.

La Cepi, con sede en Noruega, es una coalición de varios países europeos, China, Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud, que inició en el año 2017 para hacer frente a las enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes, entre ellas importantemente el covid-19. La primera ministra de Noruega, Erna Solberg, invitó al gobierno mexicano a unirse a esta coalición, siendo México el único país de América Latina miembro de su Consejo.

Para involucrar a la comunidad de científicos expertos en vacunas en este proceso internacional, el canciller Marcelo Ebrard promovió la formación del Consorcio de Científic@s para la Innovación y el Desarrollo de Vacunas MX-CEPI (CCIDV Mex-CEPI) que está conformado por instituciones académicas mexicanas, empresarios y fundaciones que apoyan la investigación biomédica para que México participe en en la búsqueda global de la vacuna anti-SARSCov2.

A pesar del abandono que ha sufrido la ciencia por décadas, México posee un ejército de talentosos científicos dispuestos a sumarse a esta batalla con generosidad y decisión. Incluso antes del llamado de la SRE, algunos equipos estaban ya trabajando en propuestas para hacer una vacuna contra el SARSCov-2.

Dentro del Consorcio se formaron cuatro grupos de trabajo para presentar proyectos de investigación a la Cepi, la cual abrió su convocatoria para el financiamiento de proyectos de investigación de la vacuna contra el SARSCov-2. En cada grupo participan científicos de al menos tres instituciones y una empresa farmacéutica. Ayer se presentaron ante el comité de selección los siguientes proyectos:

El proyecto dirigido por la empresa veterinaria Avimex, con gran experiencia en el desarrollo de vacunas para animales, utiliza estrategias semejantes a las usadas en aves y porcinos, y una proteína del virus SARSCov-2 para desarrollar una opción a corto plazo.

Otro proyecto lo lidera el Instituto de Biotecnología de la UNAM, trabajando con fragmentos de la proteína S que el virus utiliza para unirse a la célula humana e infectarla. Los investigadores esperan que el organismo humano monte una respuesta inmune contra estos segmentos que proteja contra el virus cuando infecte a las personas.

Un tercer proyecto fue presentado por la Universidad Autónoma de Querétaro, donde los investigadores seleccionaron, por bioinformática, tramos con características específicas de distintas proteínas virales, los unieron y formaron una proteína quimérica que induce la respuesta inmune en animales y es reconocida por sueros de pacientes infectados con SARSCov-2. Si la respuesta en humanos es suficientemente fuerte, se esperaría que neutralizara al virus cuando entre al organismo.

El último proyecto fue presentado por investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California y del Tecnológico de Monterrey, quienes utilizan un nanoplásmido que es una porción minúscula de ADN, el cual contiene una parte pequeñísima de un gen del SARSCov-2. Al entrar al organismo y expresarse como un minipéptido, se espera que se produzca una respuesta inmune que, al igual que en los otros casos, defienda a la persona del ataque del virus.

Los cuatro proyectos han sido enviados a la Cepi, en Noruega, para buscar financiamiento que les permita continuar su trabajo con mayores facilidades hasta culminar en la producción de una vacuna. Una vacuna que, como sucede en todo el mundo, puede o no funcionar en humanos, así que tendría después que presentar pruebas clínicas, pero si una cosa es cierta, es que nada funcionará si no lo intentamos. La enorme importancia de estos proyectos y del esfuerzo colectivo de las instituciones y empresas participantes radica en el valor de la cooperación. Las reuniones virtuales y el intercambio de conocimientos entre los 18 miembros activos del CCIDV Mex-Cepi ha producido la formación de equipos multidisciplinarios dispuestos a colaborar entre sí y a sumar sus saberes y experiencias.

Finalmente, más allá de que los proyectos después de ser evaluados por un riguroso comité internacional puedan o no acceder al financiamiento, con esta iniciativa México se hace presente en la búsqueda de soluciones globales a este difícil problema de salud mundial. Nuestros científicos están mostrando la calidad del trabajo que se realiza en nuestro país y, además, se preparan con experiencia y conocimiento para los retos que nos presente la aparición de nuevos virus, bacterias y protozoarios patógenos. Promoviendo nuestra participación internacional, aprendemos a defendernos exitosamente de ellos y mostramos a la sociedad que la ciencia y la tecnología son las herramientas que México necesita para resolver sus problemas presentes y futuros.

          

*Subsecretaria para Asuntos Multilaterales
                y Derechos Humanos de la SRE.

          

**Asesora científica de la SRE y coordinadora
                del Consorcio de Cientific@s
                Innovadores en Vacunas.

Comparte en Redes Sociales