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Hacia un Banco de México con perspectiva social

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Alejandro Armenta

En el Senado de la República le hemos dado el voto aprobatorio a una iniciativa con un objetivo social legítimo, fortalecer la economía de los migrantes y sus familias que reciben remesas en efectivo, así como de quienes dependen de la actividad turística y del comercio en la frontera. La reforma a la Ley del Banco de México provee nuevas herramientas al órgano regulador para crear una serie de controles cuya aplicación, con personal capacitado, permitirá verificar prácticas de usuarios en que haya duda en el sistema financiero, con el objetivo de eliminar el riesgo de aceptar capital de dudosa procedencia.

La realización de esta tarea no parte de cero, pues hay un esquema bien establecido que opera actualmente en el sistema financiero nacional e internacional para prevenir, identificar y bloquear el riesgo.

Se trata de tareas que ya realizan los bancos, instituciones de gobierno y el propio Banxico, a las que ahora se agregan disposiciones en la reforma aprobada en el Senado y que analizará la Cámara de Diputados. Sería inimaginable que el sistema financiero no tuviera previstos y en aplicación dichos mecanismos en la materia.

El dictamen que fue votado por mayoría de senadores de diversos partidos, a partir de la iniciativa del senador Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario de Morena, plantea, por ejemplo, el artículo 20 Ter, con seis herramientas de control en materia de captación de divisas.

El artículo incorpora —en resumen— obligaciones diversas para reforzar controles, desde contar con procesos, sistemas, personal idóneo y medios automatizados para recabar, verificar y conservar la información de clientes a fin de evaluar y mitigar el riesgo. Se incluyen la detección de operaciones inusuales, afinar políticas y procedimientos con que ya cuentan las instituciones en materia de riesgos.

Además, es flexible, pues el modelo de evaluación de riesgos será aprobado por las disposiciones que determine el propio Banxico, tal como establecen claramente las reformas que en breve entrarán a una mesa técnica, para escuchar nuevas voces.

Desde 1993 a la fecha, se han realizado seis reformas a la Ley del Banco de México, ya con la autonomía que le fue asignada por el Congreso de la Unión.

En ninguna de estas reformas hubo reclamo ni señalamiento del banco central sobre violación a la autonomía. La experiencia indica que no se puede mantener la inacción ante un nuevo escenario, como lo justifica el dictamen. El propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha considerado que en ese tema no se debe incurrir en exageraciones.

La autonomía no se vulnera. El Poder Legislativo hace uso de sus atribuciones, toda vez que el Banxico no se encuentra fuera del marco legal o en una situación excepcional.

Se debe tener presente el fin social que las reformas buscan, la defensa de migrantes mexicanos, de los trabajadores de la industria del turismo y otras que describe el dictamen.

Los migrantes que retornan a México con dólares producto de su trabajo y no los pueden cambiar en bancos caen en el mercado negro, fenómeno apreciable a simple vista en los cruces y ciudades fronterizas y de destino de los connacionales.

Por años se ha omitido el tema que ahora genera reacción inusual. Pero es importante evitar el maltrato a migrantes y acabar con la falta de certeza del sistema financiero. A los connacionales hay que tratarlos con respeto y asegurar que su esfuerzo tenga en su país el pago justo a su trabajo. Se trata de ver cómo sí suceden las cosas a su favor.

Tenemos un compromiso por impulsar leyes en favor de las personas migrantes, que son el sustento económico de millones de familias y en favor del turismo internacional, que se traduce en divisas, empleo y crecimiento para nuestro país.

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