Fraude al descubierto

Por Mario Riestra

Nuestra joven democracia parecía avanzar hacia un sistema cada vez más justo. Aunque no exento de críticas, el consenso era que, una vez depositado el voto en las urnas, los ciudadanos podíamos confiar en su resguardo. Sin embargo, la elección de 2024 representó un grave retroceso. Hoy sabemos que el Instituto Electoral del Estado (IEE) de Puebla manipuló las actas bajo su custodia. Desglosemos los hechos.

• A casi tres meses de la elección, la autoridad electoral aún no publica los cómputos municipales, es decir, los resultados oficiales detallados de todos los ayuntamientos. Tras interponer un juicio de revisión constitucional, obtuvimos el Acta Circunstanciada de Cómputo Municipal de Puebla capital, un documento de más de 3 mil páginas. Al comparar dichos resultados con las actas de cada una de las casillas, la manipulación de los resultados quedó en evidencia. Es decir, contrastamos documentos oficiales contra documentos oficiales y el fraude no resistió el menor escrutinio.

Para mantener con vida a los partidos satélites de Morena a nivel local se alteraron los resultados y se transfirieron casi 30 mil votos a los partidos Fuerza por México y Nueva Alianza. La gravedad de esta operación fue tal que una de las consejeras del IEE ya solicitó la intervención de la contraloría interna de la institución. Sin embargo, este pago de favores a los aliados de Morena no es la única anomalía en la elección.

¿Cómo es posible que, excluyendo del análisis las casillas especiales en la ciudad de Puebla, la votación para presidente de la República haya superado en más de 36 mil votos la de presidente municipal? Según la lógica del IEE, 36 mil poblanos depositaron su boleta para presidente de la República, senador, diputado federal, gobernador y diputado local, pero decidieron llevarse de recuerdo la boleta para alcalde. Mientras las diferencias entre los votos emitidos para las otras elecciones son mínimas, la alcaldía registra, por mucho, la menor votación emitida.

Otra anomalía es la identificación de casillas donde, inexplicablemente, la votación emitida supera el número de electores en su listado nominal. Incluso, el propio PREP indica en su página que la votación excede el número de votantes. Esto es aún más preocupante si recordamos que los días previos a la elección se reportó el robo de 2 mil boletas en el municipio de Puebla. Mientras la oposición denunció el hecho, el IEE trató de restarle importancia.

Hay más. El día de la elección, en 125 casillas de Puebla capital los ciudadanos insaculados, capacitados y designados como funcionarios del INE, no se presentaron. Curiosamente, los primeros en la fila que los reemplazaron no pertenecían a la sección donde se ubicaba la casilla. ¿Qué hacían ahí formados? Esta irregularidad implica la anulación, en automático, de dichas casillas y sugiere una operación a gran escala, en la que se introdujo deliberadamente a personas para que fungieran como funcionarios.

Por si fuera poco, en 56 casillas confirmamos que se permitió la suplantación de los representantes partidistas de la oposición. Sin tener el nombramiento correspondiente, los funcionarios del INE permitieron que ciudadanos distintos participaran en el escrutinio y conteo de los votos. Una aberración.

• Muchos aspectos de la elección pasada no cuadran. La revisión minuciosa de los resultados continuará arrojando luz. Es fundamental castigar los actos ilícitos, como la manipulación de la documentación y la alteración de los resultados para prevenir futuros fraudes. De no hacerlo, la elección de 2027 estará comprometida.