Una Navidad muy británica

Los regalos y la comida llevan el sello de cada lugar y expresan los deseos y el amor de esta temporada

Por Corin Robertson*

Adoro la Navidad. Me llena de una sensación de alegría infantil mientras recuerdo la anticipación de levantarme la mañana del 25. Cuando era niña, recuerdo que era el momento en el que los adultos, por una vez en el año, ponían en pausa todas sus ocupaciones y podían convivir, disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos, comer, beber, jugar… todo escuchando villancicos y usando sombreritos bobos de papel y suéteres navideños.

Cada país, cada familia, tiene sus propias tradiciones navideñas. Aquí en México he encontrado que algunas familias, durante la Nochebuena, “arrullan al niño”. Otras familias mexicanas también han creado sus propias tradiciones. Las costumbres que en mi familia teníamos son distintas a las de mi esposo, por ejemplo. Pero hay algunas tradiciones que son particularmente británicas que quisiera compartir con ustedes.

Primeramente, los Christmas crackers. No he encontrado alguna traducción que le haga justicia a este juego de Navidad. Básicamente, es un tubo de cartón envuelto en papel celofán de colores, que tiene adentro un sombrero de papel, un chiste escrito y un juguete pequeño. La idea es que una lo jale y hacen ¡pop! Es superdivertido.

Otra tradición británica es jugar a la pantomima. Es una fabulosa y muy surreal tradición navideña que requiere contar una versión cómica de un cuento de hadas.

Usualmente involucra un poco de travestismo para hacer el papel del hada madrina. Es un poco difícil de describir así que ¡tendrán que viajar a mi país para ir a verla en escena!

He encontrado que aquí en México, quien trae los regalos de Navidad varía. En algunas partes es el Niño Dios, en otras es Santa Claus. Hay lugares en los que los regalos llegan en enero, ya que los traen los Reyes Magos. En el Reino Unido, quien trae los regalos es Father Christmas, o Padre Navidad. Misma persona que Santa Claus, sólo un nombre un poco distinto.

Creo que algo universal sobre festejar la Navidad es la comida que viene con ella.

Todas y todos pesamos un par de kilitos más al llegar enero, ¿no? Una de las cosas que más me gustan de la Navidad en mi país es la tradición del pudín de Navidad y de las tartas. Ambos son platillos navideños que tienen frutas secas.

Una tradición muy británica es el Boxing Day. Es el día 26 de diciembre y su nombre viene del inglés box (cajas), y tiene dos posibles orígenes: las Iglesias donando cajas de bienes a los más necesitados, o de los aristócratas donando cajas de regalos a sus empleados. De cualquier forma, es un día para compartir las cosas buenas que nos ha dejado el año con la gente querida.

Y, por supuesto, no puede faltar una de las cosas más icónicas que nos hacen británicos, el discurso de la Reina. Siempre es el día 25 a las 3pm y es un mensaje sobre compartir. Las familias se reúnen a escucharla en la tele (o ahora en YouTube). 

Adoro la Navidad por la calidez humana, por la comida, por las tradiciones particulares de cada familia y de cada país. Adoro la Navidad porque es un pretexto para reflexionar sobre cómo nos ha ido en el año y para dar las gracias, más allá del sentido religioso de las fechas, de que estamos aquí y está por terminar un año más. Ya sea una Navidad fría y probablemente lluviosa en el Reino Unido, o una Navidad soleada en México, es el momento que escogemos para dar y compartir.

Happy Christmas!

Corin (@CorinRobertson)

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