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Trump y su política exterior ante las elecciones presidenciales

Opinión del experto Global

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Ricardo Ortiz Esquivel
Graduado de la Universidad Estatal de Moscú Lomonosov. Bachelor en Relaciones Internacionales, Diplomacia y Procesos Globales.

 

Siempre hemos estado acostumbrados a ver que Estados Unidos trata de dominar la política mundial o pretende ser un “policía del mundo”, pero es muy interesante lo que ha estado sucediendo en la administración de Donald Trump con su política exterior, especialmente por el temperamento y las formas que utiliza a la hora de negociar o cerrar un trato para su país.

El eslogan de “America first” ha conformado una doctrina proteccionista y nacionalista que lo único que ha hecho es apartar a Estados Unidos de la temática global que estábamos acostumbrados a ver desde hace décadas.

Muchos analistas y críticos pronosticaron guerras o hasta problemas diplomáticos con la llegada de Trump a la Casa Blanca, pero si nos damos cuenta de lo que ha pasado desde 2016, podemos encontrar que la doctrina trumpista sólo ha protegido su economía nacional, buscado acuerdos comerciales-pequeños-pero importantes; no beneficiar a ninguna otra nación u órgano internacional con dinero que se puede utilizar para intereses meramente internos. En pocas palabras, esta administración ha buscado alejarse del protagonismo político internacional para sólo proteger sus intereses internos, pero nunca descuidando la hegemonía que se ha ganado desde la Segunda Guerra Mundial.

A los aliados se les exige y se les pone en aprietos con amenazas económicas o reducimiento de apoyo estratégico, pero, por el otro lado, se propone encontrar un diálogo nunca antes visto en la historia de Estados Unidos: una reunión entre Donald Trump y Kim Jong-Un (Corea del Norte).

Se fortalecen los lazos con Arabia Saudita y poco se le castiga por el asesinato tan marcado del periodista Jamal Khashoggi en octubre de 2018.

Se busca que Israel sea un actor fundamental en Oriente Medio, pero que también sirva como interlocutor para mejorar las relaciones entre Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Qatar y Arabia Saudita.

Trump pretende tomar distancia en Irak y Afganistán, pero da apoyo a los kurdos y a otros grupos que están en contra de Irán, Turquía o el régimen sirio de Bashar al-Assad.

La guerra contra el Estado Islámico ha disminuido desde que el gobierno estadunidense mató a su líder, Al Baghdadi.

Desde este hecho, Estados Unidos se ha ido retirando poco a poco de Oriente Medio para “dejarle el changarro” a Israel, Arabia Saudita y a EAU.

Aunque han existido tensiones muy fuertes con Irán, se ha podido controlar y calmar a un país islamista que busca tener el control de sus armas químicas y su influencia en todo Oriente Medio.

Por otra parte, con China se ha agudizado una guerra comercial que busca el proteccionismo nacionalista estadunidense, pero, que, también pone en aprietos a su misma economía, sus exportaciones e importaciones a grandes volúmenes.

Hasta el momento, el conflicto chino-estadunidense continúa, pero ambos bloques se defienden sin llegar a una resolución mayormente interesante.

A Corea del Sur y Japón se les han exigido mayores atribuciones económicas para que puedan seguir teniendo bases militares estadunidenses y así protegerse de la amenaza que representa Corea del Norte y su creciente sistema de armas nucleares.

La administración de Trump se retiró del Acuerdo de París y del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), pero también se ha retirado de la OMS y ha amenazado a la OMC. Asimismo, critica a la OTAN y le exige más, como también abiertamente lo hace con la ONU. ¿Tiene la razón?

De igual manera, a sus vecinos los pone de rodillas y negocian un tratado trilateral que en mayor parte beneficia a su país, pero que continúa amenazándolos con aranceles si no hacen lo que se dicta desde la Casa Blanca.

A México lo amenaza y humilla, pues sabe que “su amigo Andrés Manuel” siempre hará todo lo que él diga para que se vea que existe una buena relación, aun y cuando se pisotea el nombre del país.

Con Rusia, se pretende tener una relación dura, pero el favoritismo con Putin refleja la debilidad que existe en el mismo Trump.

La política exterior de Donnie se ha alejado de los conflictos internacionales, pero nunca del lente internacional. Se pretende proteger a Estados Unidos de los malos tratos y negociaciones. Se pretende ser alguien intimidante, pero se corre riesgo al querer serlo.

Trump puede ganar votos en la elección presidencial, gracias a su política exterior, pero debo decir que le ha faltado mucho tacto para convencer a un electorado cansado de su populismo nacionalista.

 

 

 

GANCHO AL HÍGADO

1. Que ya no saque su pañuelito blanco el presidente López Obrador cuando hable de que ya se acabó la corrupción en el gobierno. Ya hasta Jaime Cárdenas destapó los casos de corrupción que existen en el Indep.

2. ¿Qué hueso le darán ahora al doctor Jesús Seade? Espero y ya no cargue al erario sus viajes en business class que no tienen nada que ver con su trabajo. Le gusta acumular millas pagadas con nuestros impuestos.

3. ¿Qué se siente ser un “embajador eminente” por sólo cinco días? Se lo pueden preguntar a la embajadora Luz Elena Baños Rivas, representante de México ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

4. ¿El discurso de Andrés Manuel para la Asamblea General de la ONU fue una mañanera más?

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