España y Cataluña II
Mucha gente pensante y analítica pierde la frialdad del pensamiento y discute desde el sentimiento y la pasión sin hacerse preguntas racionales
A partir del restablecimiento de la democracia española y de la Constitución de 1978, que fue ampliamente votada por los españoles y en especial por los catalanes, Cataluña ha tenido un estatuto que le permite una autonomía sin precedentes. Tanto en el País Vasco como en Cataluña, se organizaron partidos políticos regionales que han usado la identidad cultural de la región como un arma política contra el centro político de España.
Así, en 1980 toma el cargo de presidente de la Generalidad de Cataluña, un personaje clave en la democracia española: Jordi Pujol.
Pujol fue un político habilísimo que fue necesario muchas veces para la formación del gobierno central y aprovechó cada ocasión para negociar algo y obtener mayores privilegios para Cataluña.
Dentro de esas negociaciones y concesiones regionales hay una fundamental para entender lo que pasa hoy. La educación en Cataluña es competencia regional y es aquí donde se ha iniciado una campaña de virtual adoctrinamiento sobre Cataluña como un país independiente y sometido por España. Se modificó la historia para educar sobre reinos inexistentes (el reino catalán aragonés), sobre el eterno estoicismo de los catalanes por mantener su cultura, por exacerbar que catalanes son distintos (¿mejores?) al resto de los españoles e incluso los franceses. Eso acompañado de una campaña política que vende la idea de que Cataluña aporta más dinero a España de lo que recibe y que derivó en una frase muy usada de que España nos roba. Hay que decir que el gobierno español durante estos años ha permitido todo lo anterior, pensando que no tendría mayor impacto y que no habría acciones como las que vemos ahora.
Las cortes catalanas trabajaron a principios de este siglo para reformar el Estatuto catalán y en 2006 fue votado y refrendado por los catalanes. José Luis Rodríguez Zapatero, que requería del apoyo catalán para llegar a la presidencia del gobierno, prometió apoyar el estatuto sin condiciones. El Estatuto, aunque fue votado por la mayoría tenía vicios de constitucionalidad serios y el Tribunal Constitucional de España lo modificó quedando muy cercano al Estatuto vigente. Aquí se inicia un nuevo periodo de rispidez política que llega a nuestros días.
Artur Mas, hombre de confianza de Pujol, llega al poder e inicia una serie de acciones que llevan a una parte de Cataluña hacia la idea de que la independencia es viable basado en una serie de falsedades y vendiendo una noción tramposa de que la independencia es cuestión de bajar una bandera e izar otra y listo.
Es por ese adoctrinamiento activo y por la pasividad del centro español ante este hecho que hoy la gente en Cataluña habla con fe ciega sobre el sometimiento en el que viven. Hay mucha gente pensante y analítica que pierde la frialdad del pensamiento con este tema y discute desde el sentimiento y la pasión sin detenerse a hacerse preguntas racionales, respecto a la certidumbre de la historia o la viabilidad de un proyecto suicida como en el que están metidos. Hay varios ejemplos de esto, he leído textos donde la gente describe el sometimiento de Cataluña, como si hubiesen vivido en un campo de concentración. Para no ir más lejos, ante la estampida de empresas que salen de Cataluña como efecto de la potencial y demencial declaración de independencia, el señor Oriol Junqueras dice que las empresas volverán y ya. No se requiere más explicación.
España es un país democrático con una estructura institucional muy sólida. Los independentistas catalanes han sido capaces de usar los caminos constitucionales para obtener las ventajas que tienen y ahora no se les ha ocurrido otra cosa que violar los preceptos constitucionales de España para obtener la independencia. Carles Puigdemont, actual presidente de la Generalidad, gracias a un acuerdo kafkiano entre anarquistas, izquierda y derecha independentista, promovió leyes declaradas inconstitucionales y forzó un referéndum el 1 de octubre que no es reconocido por nadie serio en este mundo, por ser ilegal, por la baja participación y por las pocas garantías que ofreció al organizarse. Seguimos el viernes.
Abogado y opinante
Twitter: @LlozanoO
