¿Cuál es el trasfondo del TPP?
El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica cubrirá más del 40 por ciento del comercio global en caso de que sea ratificado.
Por Adolfo Laborde
El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), es una iniciativa de Estados Unidos abanderada por el presidente Barack Obama que surgió en marzo de 2010, y que gracias a la capacidad de firmar acuerdos de libre comercio a través de una orden ejecutiva, podrá convertirse en el mecanismo de libre comercio más grande del mundo.
El TPP cubrirá más de 40% del comercio global en caso de que los congresos de los 12 países firmantes (Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, y los latinoamericanos México, Perú y Chile) ratifican el documento. Sin embargo, el panorama no es fácil.
Una de las mayores amenazas para que esto llegue a buen puerto es la ríspida agenda comercial entre Japón y Estados Unidos. Si bien es cierto que Japón ha optado por tratados de complementación económica en los últimos años, como el que tiene con México denominado Acuerdo de Asociación Económica (AAE), en lugar de Tratados de Libre Comercio.
Ante este antecedente, el TPP tal y como se está diseñando, cambiaría el espíritu de la política comercial de la tercera economía más grande del mundo, dando paso a una más abierta y con un mayor énfasis en la liberalización en los sectores agrícolas y de servicios.
No estoy seguro de que grupos empresariales más conservadores japoneses lo acepten, empero, no les quedan muchas opciones. Primero porque si Japón quiere salir del proceso deflacionario que experimenta y de los bajos niveles de crecimiento económico, tendrá que jugar un rol más agresivo en la agenda comercial internacional; segundo, porque el TPP no sólo tiene tintes geonómicos, sino geopolíticos.
El TPP representa la renovación de la alianza con Estados Unidos, especialmente, en un contexto de disputas territoriales
en Asia (con China y Corea) y ante el aumento de las tensiones debido a las huellas del pasado colonial de ese país en la región. Prueba de ello es la aprobación recientemente en la Cámara baja japonesa de cambiar el espíritu o reinterpretación del artículo 9 de la Constitución que estipula la renuncia a la guerra como medio de solución de disputas, permitiendo el uso de sus Fuerzas de Autodefensa (FA) en caso de ataque o riego del país.
Con la nueva interpretación de la Constitución, la participación en operaciones de seguridad global y regional de las FA es posible. Este cambio va de la mano con la opinión de Japón sobre los asuntos de seguridad publicados en su Libro blanco, donde se hace referencia a los problemas territoriales de Japón.
Este reporte, aunque no lo explica a detalle, se refiere a los enfrentamientos con China por las islas Senkaku; con Corea, la isla Dokdo, y con Rusia, con quien técnicamente se encuentra en guerra: los dos países no concluyeron jamás un acuerdo de paz bilateral después de que al finalizar la guerra en el Pacífico con la capitulación japonesa, los rusos invadieron las islas Kuriles e iniciaron la expulsión de ciudadanos japoneses de ellas.
Esto, no sólo ha levantado la crítica de estos países, sino que ha despertado algunas molestias de países asiáticos que regularmente han mantenido una postura favorable hacia Japón.
Tanto este país como Estados Unidos y probablemente varios de los integrantes del TPP están empeñados en hacer un frente común ante el avance económico y,
por supuesto, militar (naval) de China en los últimos años, por lo que éste es una especia de camisa de fuerza con el fin de aislarla comercialmente y por ende dificultarle el ingreso a los mercados de los miembros del TPP.
Si muchos pensaron que Japón y Estados Unidos no harían nada con el avance del dragón oriental mediante la propuesta de la zona de libre comercio de Shanghái, el TPP es una muestra que la pasividad o la apatía, no son características de la actual política exterior de estos dos países. Al tiempo.
* Adolfo Laborde es profesor - investigador de la Escuela Nacional de Educación, Humanidades y Ciencias Sociales del Tec de Monterrey, México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI).
