El plebiscito griego

Luego de cinco años de recesión, Grecia decidirá mañana si acepta las últimas propuestas de sus acreedores.

Por José Rubinstein

Argumento de Alexis Tsipras, primer ministro griego: la llamada Troika —Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional— son oportunistas políticos que mediante ultimátums y chantajes pretenden obligar a Atenas a prolongar cinco años de saqueo bajo los rescates financieros. “La austeridad que nos imponen va a reducir a la nada nuestro potencial de crecimiento y dificultará el reembolso de nuestra deuda”.

Argumento del Eurogrupo: la crisis griega se produjo por los gastos excesivos de los gobiernos precedentes al actual, los cuales incurrieron en el excesivo aumento del empleo público y en un sistema de pensiones excesivamente costoso, incluso, falseando cifras referentes al déficit público. Existe la determinación de continuar apoyando financieramente a Grecia, siempre y cuando se cumplan las necesarias medidas de austeridad para revertir su realidad económica.

Lo cierto, más allá de las válidas razones esgrimidas, tanto por el primer ministro Tsipras como por los 18 países europeos que integran el Eurogrupo, es que existe una deuda pública —350 mil millones euros— y que en junio vencieron mil 600 millones de euros a favor del FMI que no fueron pagados. La presión a la cual se ve sometido el deudor no lo exenta de cumplir con los compromisos contraídos, máxime tratándose de un país.

Alexis Tsipras a tres días del mencionado vencimiento, intempestivamente abandonó las negociaciones con sus acreedores y convocó al pueblo griego a decidir mediante plebiscito si están de acuerdo con el programa de recortes y reformas exigidas por los integrantes de la Troika, a cambio de accionar un paquete de rescate por 245 millones de euros. Adicionalmente, Tsipras decretó un feriado bancario y de mercados financieros y un tope de retiros de 60 euros diarios en cajeros automáticos.

La crisis griega se agudizó en 2009 cuando el gobierno de Yorgos Papandréu sorprendió duplicando la previsión de déficit público, a 12.7 por ciento. En 2010, Grecia recibió apoyo financiero por 110 mil millones de euros, condicionado a un plan de austeridad. En 2011, la zona euro realizó un segundo plan de rescate con una quita de la deuda bancaria. En 2014, Grecia, luego de cuatro años ausente, retorna a los mercados logrando, incluso, un excedente. Inicia 2015 con la elección de Alexis Tsipras, representante del partido antiausteridad Syrisa, con la promesa de renegociar la deuda y terminar con la austeridad impuesta por la Unión Europea, elevando el nivel de vida de la población. A escasos cinco meses, Grecia se coloca en mora con el FMI, convirtiéndose en la primera economía desarrollada en incumplir un pago en más de 70 años de dicha institución financiera.

Luego de cinco años de recesión, Grecia, con 11 millones de habitantes, desempleo cercano a 30% y duplicado entre los jóvenes, con una caída de 25% del PIB, decidirá el próximo domingo si acepta las últimas propuestas de sus acreedores. Tsipras ha anticipado su voto por el NO. De imponerse el SÍ, el temerario primer ministro se verá orillado a renunciar a su cargo. De imponerse el NO, algunas consecuencias quedarán sujetas a impredecibles sucesos, ya que no existen antecedentes de casos similares. Lo que sí es predecible es el desabasto de alimentos y medicinas, falta de combustible, menor turismo, aislamiento financiero y endurecimiento de condiciones de crédito, demandas judiciales al por mayor y lo peor, el taxímetro de vencimientos contraídos e intereses seguirá andando.

Tanto Joseph Stiglitz como Paul Krugman, ambos Premio Nobel y críticos de la ortodoxia europea, calificaron de indignantes las condiciones impuestas al gobierno de Atenas, apoyando el NO en el próximo referendo. “Votar por más austeridad es un callejón sin salida”.

Casi al límite previo a la mora, Tsipras dirigió un escrito al presidente de la Comisión Europea, aceptando en lo primordial las condiciones por ellos impuestas en la trunca negociación con Grecia. Ya fue tarde, la comisión decidió esperar el resultado del plebiscito, antes de definirse. La concurrente relación deudor-acreedor entre la Comisión Europea y Grecia se resume en te presto para que me pagues.

Alienta enterarnos, por conducto de nuestro Presidente, que ante el adverso escenario internacional, México cuenta con una sólida estabilidad financiera. Por lo pronto, la devaluación peso-dólar del pasado semestre fue de 6.38% y no faltan analistas que visualizan el dólar a 17 pesos.

La experiencia griega sentará un precedente del camino que habrían de recorrer aquellos países miembros que opten por desafiar a la Unión Europea.

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