Colombia: geografía de la paz
Sólo esta opción permitirá que puedan cerrar 50 años de conflicto armado, el más largo en América Latina.
Por Walter Meade*
El proceso de negociación entre el gobierno de Colombia y las FARC ha llegado a un punto en el cual las posibilidades de que las partes regresen al conflicto armado son cada día más lejanas, mientras que el escenario de la firma de la paz es cada vez más próximo.
Llegar a este punto no ha sido fácil para el gobierno y la guerrilla. Las posiciones extremas de algunos de los actores murieron también en los frentes guerra. Lo anterior permitió en gran medida que el diálogo se facilitara y que la razón se impusiera poco a poco como la vía para alcanzar una salida negociada del conflicto armado.
Desde los Diálogos de San Vicente del Caguán (1998-2002) entre el entonces presidente Andrés Pastrana y las FARC, la posibilidad de que cualquiera de las partes en conflicto lograra una victoria militar dejó de ser opción viable.
Paralelamente a los Diálogos de San Vicente del Caguán, el gobierno de Pastrana, con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, estructuró el Plan Colombia, el cual identificó el problema de la coca como de tipo social y que se acotaría en función de la resolución del conflicto armado, lo que dio un vuelco radical al entramado.
El Plan Colombia aportó financiamiento y desplegó acciones para coadyuvar a las condiciones mínimas de estabilidad para que el gobierno de este país pudiera trazar una ruta clara para restablecer la seguridad. Con todo lo controvertido que pueda ser, el Plan Colombia permitió tener las condiciones necesarias para el diseño e implementación de una estrategia para enfrentar a las FARC y al ELN. La política de Seguridad Democrática de Álvaro Uribe Vélez y, posteriormente, con la llegada de Juan Manuel Santos a la Presidencia, abrieron la opción de una nueva estrategia para resolver el conflicto armado, manteniendo, a la vez, los avances logrados en materia de seguridad; a esta se le definió como la Política Integral de Defensa y Seguridad para la Prosperidad.
Santos comprendió que como ministro de Defensa había sido una pieza fundamental para que el modelo de Seguridad Democrática de Uribe fuera exitoso, pero también leyó el cambio de coyuntura y pudo dilucidar que, ya siendo el Presidente de Colombia, su objetivo estratégico era la paz, no por la paz en sí misma, sino porque la vía militar había dejado de ser una opción estratégica, económica, política y social suficiente para transformar a Colombia.
Sin embargo, la estrategia en favor de la paz del presidente Santos ha hecho que el senador Álvaro Uribe se convierta en su principal opositor. El dilema para Uribe es que, de mantener su posición de no negociación con las FARC y mucho menos de firmar la paz, le significa colocarse en la disyuntiva de agotar y disminuir su capacidad política; pero, dar marcha atrás a su intransigencia y apostar por Santos y por el diálogo con la guerrilla, lo convertirían en uno de los actores determinantes y fundamentales para alcanzar la firma de la paz, garantizando así entre otras cosas, su vigencia y supervivencia política.
Estamos ahora en una nueva fase histórica para Colombia y de alto impacto regional en América, donde la geografía de la paz empezará a sustituir los frentes de guerra.
La sociedad puede tener sus dudas ante los Diálogos de La Habana entre el gobierno del país sudamericano y las FARC, pero por otro lado, tiene la certeza que el escenario del conflicto armado cada día se aleja más de su realidad y que, sólo esta opción permitirá que los colombianos puedan cerrar 50 años de conflicto armado, el más largo en América Latina, para dar paso a un proceso de paz firme y duradero.
Pero desde México no podemos perder de vista los efectos que tendrá en la geopolítica latinoamericana este proceso de paz. Hay que estar atentos de los acuerdos que van alcanzando en la Habana el gobierno colombiano y las FARC, pues éstos tendrán influencia directa en nuestro país; solamente hace falta hacerse dos preguntas: ¿qué pasará con las rutas del narcotráfico entre Colombia y México que hoy administran o protegen las FARC?, y ¿cuál será el destino de la totalidad de las armas de la guerrilla a la firma de la paz?
*Experto en Análisis y Planeación Estratégica.
@WalterMeadeT
