Los placeres cotidianos / 17 de abril de 2024

Seamos inteligentes, dejemos que la felicidad nos alcance y nos atraviese. EL VENCEDOR VENCIDOLa relación entre la inteligencia emocional y la felicidad es compleja. La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer, comprender ...

  • Seamos inteligentes, dejemos que la felicidad

          nos alcance y nos atraviese.

  • EL VENCEDOR VENCIDO

La relación entre la inteligencia emocional y la felicidad es compleja. La inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer, comprender y gestionar nuestras propias emociones, así como la cualidad de percibir y responder adecuadamente a las emociones de los demás. Intervienen varios componentes, como la conciencia emocional, la auto-regulación, la motivación, la empatía y las habilidades sociales. Mientras que la felicidad es un estado subjetivo de bienestar general, que puede estar influenciado por un sinnúmero de factores, incluidas las experiencias de vida, las relaciones interpersonales y el cumplimiento de metas personales, entre otras muchas razones.

La inteligencia emocional puede tener gran impacto en la felicidad, por autoconocimiento y autorregulación. El autoconocimiento permite identificar y comprender las propias emociones. Esto ayuda a manejar el estrés, la ansiedad y otros desafíos emocionales de manera más efectiva, lo que contribuye a una mayor estabilidad emocional y bienestar general. Los inteligentes desarrollan una especial empatía y habilidades sociales. Esta capacidad de empatizar con los demás y establecer relaciones saludables y satisfactorias es fundamental para la felicidad. Las personas con alta inteligencia emocional suelen ser mejores para entender las necesidades y los sentimientos de su prójimo, lo que les permite establecer conexiones más profundas y significativas en sus relaciones interpersonales. También son más efectivos en la resolución de conflictos. Quienes tienen estas habilidades son capaces de manejar los desacuerdos de manera constructiva, comunicarse de manera efectiva y buscar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas. Esto puede contribuir a relaciones más armoniosas y satisfactorias, lo que a su vez promueve la felicidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la inteligencia emocional no garantiza la felicidad. Si bien existe una correlación positiva entre ambas, otros ingredientes, como las circunstancias externas, la genética y las experiencias de vida, también influyen en la felicidad de una persona. Además, la inteligencia emocional no implica la ausencia de emociones negativas o situaciones difíciles, sino la capacidad de manejarlas de manera efectiva.

La felicidad es mucho más enredada. Si bien es cierto que la inteligencia emocional puede contribuir significativamente a ella, al facilitar una mejor gestión de las emociones, al establecer relaciones más satisfactorias y resolver conflictos de manera constructiva, no es lo único determinante. La felicidad depende de múltiples variables, y la inteligencia emocional es sólo una pieza del rompecabezas. Conozco a muchas personas brillantes que son al mismo tiempo incapaces de ser felices, generalmente porque se boicotean a sí mismas, y también al contrario, otros son verdaderos brutos y viven con mucha cercanía a la alegría y, por ende, a la felicidad.

Muchas veces, la felicidad la tenemos a la mano y nos empeñamos en complicarla o alejarla, ya sea por actuaciones de verdadera soberbia o por jugar funambulismos desafortunados, dejando en riesgo la estabilidad emocional al poner en juego nuestra capacidad de estirar una liga sólo en pro de nuestra vanidad, perdiendo por completo el equilibrio de la relación. La solución pasa siempre por la bondad, por la convicción de que la única victoria válida en un conflicto con alguien querido es la que nos acerca a él o al sentimiento de felicidad. Todas las demás no son victorias, al contrario, son una caricia al ego, con efectos muy cortoplacistas y generadores de vacío interior.

Es miércoles, buen día para poner el ego en un contenedor de basura y abrazarnos a la felicidad. Siempre ayuda un libro o la ópera. Mañana en Bellas Artes nos ofrecen una pieza que adivino hermosa, El vencedor vencido, de Federico Ibarra, les cuento en la siguiente. Seamos inteligentes, dejemos que la felicidad nos alcance y nos atraviese.

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