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Sin pies ni cabeza

Miguel Ángel Godínez García

Miguel Ángel Godínez García

Alto mando

La situación del país no se puede describir de otra manera, sin pies ni cabeza se encuentran todos los asuntos nacionales y hasta los que están fuera de lo nacional. A México no le falta ningún problema, los tiene todos, no hay un solo asunto que no esté mal resuelto, mal gestionado, mal planteado, mal organizado y mal comunicado.

Más allá de una incomprensión política de adversarios y de la secuela del pasado, al gobierno federal le vendría bien aprovechar la semana de gracia que le está dando a las mañaneras el coronavirus, para una profunda reflexión sobre los acontecimientos que hoy amenazan el tan anhelado sueño del Presidente de pasar a la historia como un Juárez. Todos los asuntos que tienen hoy al país en el desasosiego terminan impactando primordialmente a la paz social, la polarización que se siembra por todos los frentes entre mexicanos desde el día uno de este gobierno empieza a rendir frutos, no menos el fin de semana el polémico Noroña insultaba y se vitoreaba del edil de Chahuites, Oaxaca  junto con la gente reunida en el lugar, con el peor de los lenguajes y a manera de espectáculo cómico, señalaban a Ramos Lázaro de corrupto con la única evidencia de la versión de sus allí simpatizantes, resultado, el día de ayer fue asesinado.

El que incendia difamando y sentenciando sin ser juez, se podría convertir en autor intelectual de un posible asesinato. Y así podríamos recorrer uno a uno los temas y uno a uno los estados, migrantes calcinados en camioneta asegurada por autoridades migratorias, la caja de Pandora en la que se convierte el caso Ayotzinapa o los dimes y diretes entre la FGR y la DEA que no es cosa menor. Pero el recuento de muertos hoy no está en los enfrentamientos entre grupos delictivos o en operativos de las FA.

Hoy los muertos a contar están en los hospitales, en las casas o lo que es peor, en calles, en coches o taxis o a las puertas cerradas por dentro de un hospital. La pandemia pone de rodillas al gobierno federal, y no se exagera, el mismo Ebrard dijo que todo el gobierno está implicado en el programa de vacunación como la solución, ¿cuál?, la que nos toque y cuando nos toque. El registro de vacunación para adultos mayores a través de una plataforma, que aún no está ni siquiera terminada, ha generado un gran malestar, no sólo en ellos, sino además en quienes los ayudan porque, en su mayoría, no cuentan con la tecnología ni con la habilidad para lograrlo.

La frustración aunada al temor de la pandemia, al temor de la falta de trabajo, al temor de no ser vacunado o al temor de ser vacunado, genera un ambiente que a nadie conviene. La irritabilidad por el confinamiento, por la incapacidad de controlar las fiestas clandestinas, por la necesidad de tomar transportes insuficientes por una mala administración del Metro de la ciudad más grande del mundo. El programa de vacunación no tiene ni pies ni cabeza, nadie es responsable ni de la planeación, ni de la operación, todo está en manos de un gobernante que quiere controlar y acaparar todo desmantelando la logística de vacunación que ya existía, convirtiendo cada uno de sus errores en muertes de sus gobernados. Para el secretario de la Defensa y para el almirante Ojeda la situación debe ser Dantesca, atados de manos por un poder absoluto, por la imposibilidad de tomar las decisiones para las que están capacitados, desesperados por tomar el control de la pandemia y poner el orden que un uniformado sabe poner. En sus hospitales también están los muertos y no hay nada más doloroso para un militar no poder hacer nada por su gente.

 

DE IMAGINARIA

Como consecuencia de la pandemia y debido al estado de salud del Presidente, pese a que se le vio paseando en Palacio en buenas condiciones, será la primera vez en que el Ejército no lleve a cabo su tan espectacular celebración en el Castillo de Chapultepec para conmemorar La Marcha de la Lealtad.

 

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