El Tratado de Tlatelolco, legado para la humanidad

Nuestra región se destaca a nivel global como un ejemplo en materia del mantenimiento 
de la estabilidad, la paz y la seguridad.

por Luis Videgaray Caso*

Este 14 de febrero, el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe, mejor conocido como el Tratado de Tlatelolco, cumple 50 años. Tras medio siglo de haber renunciado a las armas nucleares, nuestra región se destaca a nivel global como un ejemplo en materia del mantenimiento de la estabilidad, la paz y la seguridad internacionales.

El Tratado de Tlatelolco logró echar raíz sólo gracias al compromiso de los Estados de Latinoamérica para abandonar sus intereses particulares en aras del bien de todos los habitantes de la región. Tras 50 años de vigor y cumplimiento puntual, el Tratado evidencia la posibilidad de alcanzar un mundo libre de armas nucleares, los instrumentos bélicos más inhumanos, destructivos, indiscriminados, dañinos, peligrosos y costosos.

Cada mexicano debe sentirse orgulloso de que el diplomático Alfonso García Robles, quien dedicó gran parte de su carrera a promover el desarme, haya impulsado fervientemente y negociado el Tratado de Tlatelolco para establecer la primera zona libre de armas nucleares en un territorio densamente poblado. Éste es un logro histórico por el cual, en 1982, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.

Esta negociación histórica demostró que ningún Estado, por poderoso que sea, puede imponer su voluntad por encima de los intereses y valores de la comunidad internacional. Ésta es una lección que debemos tener siempre presente.

Alrededor de 160 países, es decir, tres cuartas partes de la humanidad, no dependen de las armas nucleares para salvaguardar su integridad. Ello confirma que el argumento según el cual los arsenales nucleares son pilares de la estabilidad y seguridad internacionales, resulta insostenible. Las armas que hoy amenazan a unos cuantos, en última instancia, constituyen una amenaza para todos. La mera existencia de armas nucleares es un peligro global. Los mexicanos continuaremos pugnando por su prohibición y eliminación.

Como la historia y acontecimientos actuales lo demuestran, los Estados deben estar plenamente conscientes de que las dinámicas tendientes al desarme nuclear deben nutrirse constantemente. Resultaría ingenuo y riesgoso ignorar que las condiciones de engañosa estabilidad en torno a las armas nucleares pueden alterarse o perderse con cierta facilidad. El camino recorrido hasta ahora para controlar las armas nucleares, así como para evitar su uso y proliferación, también puede desandarse.

México promueve que los retos globales se atiendan colectiva y constructivamente, conforme a los principios y propósitos de las Naciones Unidas. Asimismo, todos podemos advertir que México se compromete cada vez más en asuntos multilaterales de diversa índole y que, internacionalmente, se conduce como actor responsable.

En el marco del 50 Aniversario del Tratado de Tlatelolco, refrendo el compromiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores de continuar luchando por abrir brecha en temas multilaterales y promover las nobles causas de México y de la comunidad internacional; preservar la preponderancia de México en la escena internacional; innovar para generar nuevos espacios de actuación; reafirmar y ampliar la presencia de México en el seno de las Naciones Unidas y en otros foros multilaterales; y defender puntual y legítimamente nuestros intereses nacionales, sin perder de vista el fin último del bien colectivo.

México exhorta a la comunidad internacional a reforzar el trabajo en favor de la paz, la seguridad y el desarrollo, y a no perder la esperanza de que en un futuro no muy lejano consigamos la proscripción total de las armas nucleares.

Recordemos que la eliminación de las armas nucleares no es un fin en sí mismo, sino un camino hacia la paz y la estabilidad.

*Secretario de Relaciones Exteriores de México.

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