El balance de la campaña electoral en Estados Unidos
Un primer saldo positivo del proceso esque la comunidad mexicanoamericanase unió aún más y de manera decidida hizo patente su fuerte poder de interlocución.
Por Paulo Carreño King*
Mañana martes 8 de noviembre, los estadunidenses elegirán a su próximo Presidente o Presidenta. El gobierno de México ha seguido con atención y respeto el proceso electoral y está consciente de que la decisión que tomen nuestros vecinos tendrá importantes implicaciones para la relación bilateral. Estos comicios pondrán fin a una contienda atípica en la que, como pocas veces en la historia, México y los mexicanos se convirtieron en un tema central del debate entre los candidatos.
A lo largo de este proceso hubo expresiones que distorsionaron la imagen de México y los mexicanos; tergiversaron la realidad respecto de la importancia de nuestra relación y desvirtuaron las enormes aportaciones que la comunidad mexicana hace a Estados Unidos. Estos comentarios, independientemente de haber sido vertidos en el marco de una contienda electoral, nos agraviaron.
Representantes de la sociedad civil, sector privado y el gobierno mexicano, desde nuestras respectivas trincheras y en el marco de nuestras responsabilidades, levantamos la voz e hicimos patente que esos mensajes reflejaban una percepción errónea de la realidad. Fuimos claros en señalar que lejos de favorecer el entendimiento e integración de nuestras sociedades nos dividían. La imagen de México, estereotipada por años de no haber sido protegida y promovida, resultó más dañada después de esta campaña, lo que nos obligó a redoblar esfuerzos para reconstruirla y revalorarla en ese país.
Sin embargo, un primer saldo positivo de este proceso es que la comunidad mexicanoamericana se unió aún más y de manera decidida hizo patente su fuerte poder de interlocución. Una comunidad que por años no vio la necesidad de exigir a plenitud sus derechos, hoy, por indignación, sentido de urgencia y solidaridad decidió tener mejor y mayor visibilidad.
Actualmente, el número de personas de origen mexicano que vive en Estados Unidos supera los 35 millones, de los cuales más de 23 millones nacieron en ese país. Esta población binacional es el puente de entendimiento más sólido entre ambas sociedades. Su identidad mexicanoamericana representa más que la suma de las partes y evidencia que todos los migrantes son agentes de desarrollo de los dos lados de la frontera.
La voz que han articulado nuestros compatriotas para defender sus intereses no podrá ser silenciada. Las encuestas reflejan que la campaña propició una movilización histórica de la comunidad hispana. De acuerdo con Latino Decisions, 70% de los hispanos siente que esta elección es más importante que la de 2012. Mientras que la National Association of Latino Elected and Appointed Officials (NALEO) estima que 13.1 millones de hispanos votarán en estos comicios, lo que representaría un aumento de 17% con respecto a su participación en las elecciones de 2012.
Otro saldo positivo es que, si bien desde antes de esta campaña electoral el gobierno mexicano ya había emprendido una estrategia para promover una imagen de México apegada a la realidad, el hecho de que los prejuicios sobre nuestro país hayan estado tan presentes en la contienda nos obligó a duplicar acciones y sumar fuerzas con el sector privado, la sociedad civil y los medios de comunicación de ambos lados de la frontera. Reforzamos la estrategia para subrayar las significativas contribuciones que realiza nuestra comunidad a la economía y sociedad estadunidense y, al incorporar a otras fuerzas, le dimos un sentido perenne que trascienda la presente administración. Este esfuerzo debe ser permanente y llegó para quedarse.
Desde el gobierno de la República seguiremos trabajando para incrementar el bienestar de todos los mexicanos, sin importar dónde decidan vivir. En tal virtud, continuaremos instrumentando políticas y programas que nos permitan velar por sus derechos, independientemente de su estatus migratorio, así como fomentar que se integren plenamente a sus nuevas comunidades. Las contribuciones de todos los mexicanos a la economía y sociedad estadunidenses acercan a nuestros países y nos hacen más fuertes.
En breve sabremos el resultado de los comicios. Entre tanto, considero pertinente enfatizar la fuerza de la relación bilateral entre México y Estados Unidos y, sobre todo, de las contribuciones de los mexicanos a ese país. A pesar de las tensiones y los agravios del proceso electoral, me quedo con que hoy los hispanos en Estados Unidos, incluyendo a los mexicanoamericanos, cuentan con un alto grado de empoderamiento que les ha permitido organizarse y participar activamente en las decisiones que los atañen.
*Subsecretario para América del Norte
