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Contratación colectiva en riesgo

Martín Espinosa

Martín Espinosa


 

La contratación colectiva y los ideales del sindicalismo tienen como principal objetivo la defensa y el bienestar de los trabajadores, un precepto que se adapta y se lleva de manera natural con los gobiernos de izquierda; sin embargo, parecería que, en nuestro país, para una administración federal de esa tendencia, el respeto a la contratación colectiva estorba.

En algunos videos donde aparece el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, se aprecia cómo el funcionario acepta, durante una visita reciente a instalaciones petroleras de Tabasco, promover y cometer violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo de la empresa, al asegurar que la basificación de los trabajadores transitorios se realizará sin intervención del gremio.

De acuerdo con la Cláusula 4 del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) de la paraestatal, los puestos de nueva creación definitivos y las vacantes definitivas deben ser cubiertos por el patrón, por conducto del sindicato, mientras que la Cláusula 5 obliga a que las vacantes temporales también se cubran por conducto del sindicato.

No obstante, Pemex pretende cubrir las vacantes definitivas y temporales violando las disposiciones legales referidas, lo que, además, violenta la autonomía y la libertad sindical, al intervenir en la vida interna del sindicato.

Cabe recordar que recientemente los trabajadores de la petrolera avalaron, mediante voto directo y secreto, el contenido de su Contrato Colectivo de Trabajo, lo que genera que esta norma tenga no sólo el aval jurídico, sino el respaldo de los petroleros sindicalizados.

En este sentido, resulta pertinente cuestionar por qué se exhibe y tolera una violación directa a un Contrato Colectivo de Trabajo o, en su caso, si se trata de un franco desconocimiento del marco legal laboral o de una estrategia para debilitar la capacidad de los trabajadores para organizarse; esto último sería muy peligroso al ser una medida represiva que, además, atenta contra la más reciente reforma laboral y con algunos de los compromisos de nuestro país en el marco del Tratado Comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El argumento de la corrupción sindical o de favoritismos que en el pasado ponderaron la entrega de plazas a personas cercanas a los dirigentes de poco sirven cuando no existen denuncias formales ni tampoco estrategias coordinadas para acabar con supuestos actos de corrupción y, en su lugar, se viola la normatividad, acto que, en sí, puede tomarse como de violación directa a la ley.

Por si nos faltaran más conflictos en estos tiempos de turbulencias políticas, económicas y sociales.

 

JUEGA SINDICATO MAGISTERIAL EN PRÓXIMAS ELECCIONES

En los resultados de las elecciones que se llevarán a cabo el año próximo en el Estado de México y en Coahuila será fundamental el apoyo que partidos y candidatos obtengan de los principales sindicatos del país, los cuales —se sabe— tienen la capacidad de “mover” miles de votos hacia uno u otro lados. El gremio más importante, sin duda, es el de los maestros. Al interior del SNTE nos informan que la maestra Elba Esther Gordillo y su yerno parece que tratan de revivir “viejas glorias”, ya que andan promoviendo, con “quien se deje”, ficticias estructuras para apoyar a candidatos de “chile, mole y dulce”, como se dice coloquialmente. Nos señalan que quien realmente ha logrado construir una estructura organizada, con presencia nacional, es el llamado Movimiento de Reivindicación Magisterial, encabezado por Rafael Ochoa Guzmán. El líder magisterial, a diferencia de la “maestra”, no anda buscando ser “chile de todos los moles”; tanto él como su movimiento se han manifestado abierta y legítimamente comprometidos con el movimiento que encabeza el Presidente de la República y desde ya se reportan listos para “apoyar” a todos los candidatos de Morena para las elecciones tanto del año próximo como para el crucial 2024.

 

 

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