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Encontrar un propósito

Luis Wertman Zaslav

Luis Wertman Zaslav

Ayudaría mucho que como país encontráramos una dirección hacia la cual pudiéramos ir unidos y con mínimas fisuras. Ya sea que ésta fuera salir de la crisis mundial o simplemente modificar nuestra organización como sociedad para vivir mejor, lo que nos está faltando es un propósito.

Y nada más uno, porque está visto que si nos imponemos más empezamos a dividirnos casi de inmediato. Así que basta con uno, muy sencillo, claro y concreto, que podamos utilizar para darnos sentido, un factor urgente en la incertidumbre en la que estamos sumidos. 

¿Por qué nos cuesta tanto trabajo ponernos de acuerdo? Principalmente por falta de confianza en la mayoría de lo que representa a este país, desde instituciones hasta nuestros propios vecinos, al grado de que si tocamos cualquier tema que nos involucra comunitariamente, vamos predispuestos a que existe algún truco detrás. Aplica para el plan de vacunación como para convencer a los vecinos de solicitar por escrito buen alumbrado público. 

Pero el tiempo nos está alcanzando para darle significado a toda esta emergencia y la vacuna, por sí sola, no va a resolverlo. Necesitamos hacerlo nosotros, asumir nuestro papel (y nuestro poder) como ciudadanos para provocar esos cambios que siempre exigimos y no logramos materializar. 

Claro que la participación política ayuda, y mucho, a que se modifiquen malas prácticas y vicios, sin embargo, no acaba ahí nuestro involucramiento público, ahí inicia. Votar es un derecho que va acompañado de una obligación de seguir presentes y al tanto de lo que se decide en torno a los recursos públicos y a las acciones de cualquier nivel de autoridad. 

Perdernos en el ruido y en las discusiones es, simplemente, vivir a la deriva de lo que ocurre a nuestro alrededor. Opinamos con mucha ligereza en ocasiones y nos enfrentamos con una sorprendente facilidad. 

Así no hay ningún propósito visible, al menos no en el corto plazo, para enfocarnos en un objetivo o en objetivos que nos brinden la cohesión social que parece perdemos todos los días, todas las semanas, con cualquiera de los temas tratados en una agenda pública que muchas veces tiene poco que ver con la realidad de miles de mexicanas y mexicanos. 

Bueno, ni siquiera la muerte de tantas personas a manos de la covid-19 ha podido acercar las posiciones de aquellos que debaten a diario la evaluación del gobierno federal como administrador de la respuesta a esta pandemia y quienes defienden a ultranza cada paso que se ha dado para resolver la crisis presente. 

Con esto tampoco se puede afirmar que todo se ha hecho bien, aunque es evidente que la responsabilidad de tener un sistema de salud correcto no viene de dos años a la fecha, existen rezagos de muchos años atrás en éste y en otros temas fundamentales. 

No obstante, la sociedad mexicana podría empezar a juntarse en torno a, por ejemplo, la preservación de la vida, nuestra posesión más valiosa, e iniciar un proceso de restauración nacional en el que pesen más los puntos en los que estamos de acuerdo y no los que nos dividen. 

Sin una sociedad fuerte, con propósito, las decisiones se toman con base en los intereses de grupos de poder, tal y como ha ocurrido durante décadas, vengan de donde vengan. Nuestro papel es que las y los ciudadanos tengamos un peso específico mayor al que pueden alcanzar las motivaciones políticas y económicas que no nos representan.

Para eso nos hace falta tener esa idea, una nada más, que nos agrupe a la mayoría y nos permita avanzar en acuerdos concretos, pero simples, para que ésta no sea la tierra de las noticias falsas, las medias verdades, las ventajas para unos cuantos y la desigualdad. 

Los siguientes meses serán la hora de las y los ciudadanos o la pérdida de sentido para un país que lucha todo el tiempo por sostener un maltrecho tejido social que no es suficiente para el tamaño de los desafíos que tiene enfrente. 

Será ahora cuando demostremos si nuestra participación civil es sólo un acto de expresión en redes sociales o una serie de acciones concretas, reales, definidas, que nos unan para lo que sigue y que no se ve fácil.

 

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