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¿Qué quiere AMLO con la revocación del mandato?

Leo Zuckermann

Leo Zuckermann

Juegos de poder

Hay respuestas que son obvias a esta pregunta. La primera es hacer campaña en 2021 durante la elección intermedia. Es una cosa que le gusta mucho a Andrés Manuel López Obrador y que hace muy bien. Se trata de un político “todo terreno” que le encanta arengar desde la plaza pública. Ya logró su sueño de llegar a la Presidencia y, sin embargo, sigue haciendo campaña todo el tiempo. Así continuará hasta que pueda. Se rehúsa a aceptar que su última campaña electoral, de su larga carrera, fue la del año pasado. Quiere otra.

Más allá del gusto por hacer campaña, el Presidente pretende estar en la boleta para ser la figura central de la elección intermedia y, con el poder del Ejecutivo federal, influir para que su partido, Morena, gane todo lo que pueda ese año. En juego estarán 300 diputaciones federales por distritos, 200 de representación proporcional, 13 gubernaturas y cientos de presidencias municipales. La idea es que haya un efecto arrastre como hubo en 2018: que el voto a favor de Andrés Manuel López Obrador se traduzca en votos favorables para Morena en las otras elecciones.

El Presidente requiere mantener el gran apoyo que ya tiene hoy en la Cámara de Diputados. Gracias a los resultados electorales de 2018 y la política de alianzas que ha establecido Morena con otros partidos, cuenta con dos tercios de los votos, es decir, la mayoría calificada para reformar la Constitución.

La operación electoral, además, estará dirigida a ganar todo el terreno posible en estados y municipios. Debido a su juventud como partido, Morena y sus aliados sólo gobiernan cinco de los 32 estados de la República en la actualidad. El objetivo sería controlar, para 2021, la mayoría de los gobiernos estatales.

Todo esto es obvio. Ahora entro al terreno de lo especulativo. ¿Para qué quiere Andrés Manuel López Obrador amasar aún más poder del que actualmente tiene?

Hay quienes sospechan que todo esto de la revocación del mandato es un primer paso de Andrés Manuel López Obrador para reelegirse en 2024. Esta hipótesis ha tenido tanta resonancia que hasta el propio Presidente firmó, ayer, un manifiesto comprometiéndose a no hacerlo. Supongo que el citado papelito reconfortará a algunos.

Otros seguirán pensando, con razón, que Andrés Manuel López Obrador puede desdecirse, como lo ha hecho a lo largo de su carrera en muchos asuntos (por ejemplo, durante su campaña prometió que no reformaría la Constitución durante la primera mitad del sexenio porque pensó que no tendría los números para hacerlo; como sí los obtuvo, ya hizo varias reformas constitucionales).

Con o sin papelito, sigo pensando que Andrés Manuel López Obrador no se atreverá a violar una de las instituciones más preciadas de nuestro sistema político: la no reelección del Presidente de la República. Pero también pensé, ingenuamente, que no se atrevería a cometer el grandísimo error económico de cancelar el nuevo aeropuerto en Texcoco y me equivoqué.

Creo que Andrés Manuel López Obrador quiere la revocación del mandato para ganar en grande en 2021, obtener aún más poder y llamar a una asamblea constituyente que elabore una nueva Carta Magna. Precisamente le hice esa pregunta cuando vino a Tercer Grado y lo negó. Pero muchos de sus acólitos (Martí Batres, Porfirio Muñoz Ledo y René Bejarano) abiertamente han planteado esta posibilidad. Lo están pensando. Encaja perfecto en el discurso de la Cuarta Transformación. Si la primera transformación histórica de México —la Independencia— terminó en la Constitución de 1824, la segunda —la Reforma— en la de 1857 y la tercera —la Revolución— en la de 1917, ¿por qué la cuarta no debería terminar con una propia?

Una nueva ley fundamental afín al proyecto ideológico lopezobradorista. Una Constitución que, independientemente quien sea el próximo Presidente, obligue a que se continúe gobernando bajo los preceptos y principios de la Cuarta Transformación.

La pregunta es si la oposición en el Senado será lo suficientemente taruga para darle la revocación del mandato a Andrés Manuel López Obrador en las elecciones intermedias de 2021 y así abrirle el camino a que el Presidente incremente su poder, al punto de contar con las condiciones para elaborar una nueva Constitución lopezobradorista.

                Twitter: @leozuckermann

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