¡Ya, Shakira!
La obesidad, las canas o el despecho generan más conversación que el aniversario del ataque a Ucrania. Por increíble que parezca, genera más conversación social por lo menos en México la nueva canción de Shakira que el aniversario del primer año de la invasión ...
La obesidad, las canas o el despecho generan más conversación que el aniversario del ataque a Ucrania.
Por increíble que parezca, genera más conversación social —por lo menos en México— la nueva canción de Shakira que el aniversario del primer año de la invasión rusa a Ucrania o los escándalos de plagio de la impresentable de Yasmín Esquivel (¿dónde andará, por cierto?).
En los últimos días, la tendencia #YaShakira alcanzó a millones de usuarios, quienes suponen que escuchan las composiciones de una mujer dolida. Tan ingenuos como la audiencia de telenovelas. ¿Por qué dejaría Shakira de hacer millones de dólares con estos temas que la llevan a la cúspide? Monetizar el despecho resultó una genialidad y el manejo de su separación debería ser estudiado por los mercadólogos.
Justo anoche la colombiana declaraba: “Hay un lugar reservado en el infierno para las mujeres que no apoyan a otras. Estoy lista para el próximo round, que venga la vida y que me muestre qué más hay”.
La razón de mencionar a Shakira es, previo al 8M, la forma en que las mujeres somos juzgadas, a diferencia de los hombres. No recuerdo ver hashtags pidiéndole a Bad Bunny que termine con la violencia misógina y vulgaridad de sus letras y, ¿por qué lo haría, si le reditúa?
Y no sólo es Shakira, es Madonna, a quien ridiculizaron hasta la náusea por lo amorfo que lucía su rostro en las últimas fechas. La respuesta de la superestrella no se hizo esperar y acusó la misoginia de las críticas: “Una vez más estoy atrapada por el resplandor de la discriminación por edad y la misoginia que impregnan el mundo en el que vivimos. Un mundo que se niega a celebrar que las mujeres pasen de los 45 años”.
Pero, por otro lado, tenemos a Michelle Rodríguez y su portada en Marie Claire, que produjo toda clase de despiadados comentarios que llevaron a la actriz a denunciar la gordofobia que se vive en México.
Otra de las mujeres que ha sido duramente criticada es Sarah Jessica Parker, la entrañable Carrie de la serie Sex and the city. Parte de las críticas recaen en que muestra su cabello lleno de canas y sus arrugas sin pudor.
Parker fue genial al responder: “¿Voy a dejar de envejecer? ¿Desaparecer?”
Resulta irónico que el mismo público que demoniza todos los retoques estéticos de Madonna sean los mismos que critican el cuerpo de Michelle Rodríguez o se lanzan contra la vejez de Sarah Jessica Parker, ¿qué querrán? Diríamos en el argot mexicano que “ningún chile les embona”.
¿Seremos odiadores profesionales? ¿Criticamos por entretenimiento? ¿De verdad los tópicos que importan son despecho, bótox, canas y gordura? ¿Es nuestra distracción a una realidad desoladora? Lo penoso es que esos son los temas que atraen a las multitudes. No es de extrañar, entonces, lo convulso de estas épocas.
POST SCRIPTUM
Desde hace décadas, México presume con orgullo sus principios de política exterior y de la Doctrina Estrada. Uno de ellos, “la no intervención en asuntos internos de otras naciones”. El presidente López Obrador se ha pronunciado en innumerables ocasiones del respeto a todas las naciones. Entre eso y el impasse con Perú, ¿nos perdimos de algo?, ¿qué pasó ahí?
