Viraje a la izquierda

Colombia se une a países que buscaron unasolución al hartazgo y la decepción que dejaronsus gobernantes.

Colombia se suma a naciones como Chile, Bo­livia, Perú y Honduras, que ven en la izquierda una solución al hartazgo social y decepción de los gobiernos y sistemas económicos que les antecedieron. Ya son 11 países latinoame­ricanos que buscan esperanza en la izquierda, mientras que ocho continúan con gobiernos de derecha. La moneda está en el aire con las próximas elecciones brasileñas, que podrían regresar a Lula da Silva a la presidencia en octubre.

Por supuesto, hay que diferenciar que no es lo mismo la corriente progresista de Gabriel Boric, en Chile, que el movimiento radical que se gestó en Perú, con Pedro Castillo. Ambos se identifican como izquierda ideológica, pero no podrían ser más contrarios. Uno representa la posibilidad de un nuevo y moderno futuro y, el otro, el regreso de políticas que fracasaron antaño y que son más románticas que realistas.

Y, evidentemente, el colom­biano Gustavo Petro no es el autoritario de Nicolás Maduro. Petro se puede identificar más en una visión de centroizquier­da, para algunos muy semejante a lo que representa el presidente mexicano López Obrador. Gustavo Petro es un capitalista, pero de un capitalismo social, sin los pecados de la corrupción o los mono­polios, pero capitalista.

Gabriel Boric y Gustavo Petro no ven las expropiaciones o la intervención en la inicia­tiva privada como una opción, pero sí buscan un modelo económico y reformas estructura­les para que el Estado sea el centro de los pro­yectos sociales y económicos. Un sistema que garantice la tan añorada justicia social.

¡NO MÁS FLOREROS!

Francia Márquez, la primera vicepresiden­ta afrocolombiana, también hizo historia en Colombia. Una mujer negra, pobre, trabajadora doméstica y madre soltera.

Una mujer que se define a sí misma como “la representante de los nadies y las nadies del país”. Una vicepresidenta que confronta a la sociedad conservadora colombiana, que siempre elegía a hombres blancos y prós­peros como presidentes. Pero también con­fronta al machismo arraigado en América Latina.

Deseo que Francia Márquez sea el ejemplo de mujer que necesitamos y que demuestre que, a pesar de todas las desven­tajas, nadie nos va a detener.

Que Francia Márquez triunfe y sea lo que prometió ser y no termine de florero, como Kamala Harris. No sólo es que las mujeres lleguemos a los puestos más altos, también es desempeñarlos con éxito.

Mujeres que fungen de flore­ros (como Kamala u Olga Sán­chez Cordero) son una derrota histórica para todas nosotras.

¡ESOS GUIÑOS!

El presidente López Obrador no ocultó su entusiasmo por los comicios colombianos y el triunfo de Gustavo Petro, al que correcta­mente calificó como “histórico”.

El ejecutivo mexicano continúa afianzan­do su liderazgo con los gobiernos latinoa­mericanos y, en caso de que Lula da Silva gane las elecciones, 2022 tendría a los pre­sidentes de los cinco países más grandes de la región con similitudes ideológicas.

Las redes sociales se apresuraron a criti­car al Presidente por su rápida y festiva feli­citación a Petro, contrario a lo sucedido en las elecciones en las que ganó la presidencia estadunidense Joe Biden. Fueron elecciones y contextos distintos y sí, López Obrador es congruente en ese sentido.

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