La era de las oleadas
El mundo entero se encuentra todavía lejos de las condiciones de volver a la anhelada normalidad
A pesar de los colosales esfuerzos de vacunación y las millones de dosis aplicadas alrededor del mundo, aún no podemos cantar victoria y, mucho menos, fantasear con que volvimos a las condiciones previas a la pandemia.
Más de dos mil millones de vacunas han sido aplicadas a nivel mundial, China está cerca de llegar a los mil millones, e Israel encabeza la lista con el mayor número de población inmunizada, 56.9 por ciento.
Por el contrario, países como Sudán del Sur, Zambia o Camerún aún no logran inmunizar ni siquiera a 1% de su población. Haití no ha recibido una sola dosis de vacuna.
El hemisferio occidental no escapa de esta tendencia, países como Ucrania, Venezuela u Honduras reportan un nivel similar de vacunación.
El mundo aún no se encuentra en condiciones de volver a la anhelada normalidad. Sí, por más que usted o yo nos empeñemos en pensar que ya pronto la vida será como antes, sólo es un sueño y una fantasía a la que muchos nos aferramos y que puede traer consecuencias devastadoras.
Reino Unido aplazó las aperturas por indicios de una tercera ola derivado del avance de la variante delta.
Covid-19 no está vencido, estamos a la mitad de un camino muy largo, sobre todo cuando nuevas cepas comienzan a presentarse, sobre todo en países donde los niveles de vacunación son altos, como en Reino Unido.
Sólo este fin de semana, las islas británicas registraron más de nueve mil casos y seis muertes causadas por la variante delta de la infección que mantiene al mundo en jaque desde hace más de año y medio.
Esta variante, se afirma, podría ser resistente a algunas vacunas, y comienza su propagación por todo el mundo de forma rápida. La anteriormente llamada variante india se propaga rápidamente por Reino Unido y Asia, incluso ya se presentan casos en México, donde el nivel de vacunación aún no es del todo rápido.
Por otra parte, Israel, que fue puntero en la aplicación de vacunas anticovid, hoy enfrenta una amenaza diferente: el virus respiratorio sincitial (VSR), que en niños pequeños y adultos mayores podría ser mortal, lo que está obligando a su población a volver al uso de cubrebocas a fin de frenar su expansión.
Regresan las restricciones y la alerta de países a los que no se puede viajar, aquellas imágenes de Israel con conciertos, restaurantes y el pase verde pueden pausarse de nueva cuenta.
En América Latina, la nueva variante amenaza a los ya de por sí sistemas de salud colapsados en la región. Países como Brasil, Argentina, Colombia y Chile presentan un aumento alarmante de casos y muertes; en México, hasta el momento, se presenta un ligero aumento de casos, mientras estamos de lo más jocosos celebrando el efímero semáforo verde.
Ante este panorama, usted y yo, aunque estemos vacunados o en espera de una dosis, no debemos despedir el cubrebocas, gel antibacterial, las medidas de distanciamiento social y todo aquello que pueda protegernos de una enfermedad que estamos aún muy lejos de olvidar.
Hasta que la totalidad de la población mundial no esté vacunada, seguiremos enfrentando subidas y bajadas de crisis en países donde parecía todo superado. Oleadas más fuertes en la velocidad de contagios y la duda permanente de si las vacunas servirán para inmunizarnos de las nuevas variantes.
Sorprende el caso de Japón, donde se pudo detener la propagación de la enfermedad de forma eficaz y hoy su población se niega a vacunarse. Hong Kong es otra muestra, donde están a punto de desperdiciar millones de dosis de la vacuna Pfizer frente a la apatía de la población que no tiene interés en inmunizarse.
¿Será que no aprendimos nada? ¿La era poscovid será una perpetua apertura con ciclos de confinamiento? ¿Serán los negacionistas y quienes rehúsan vacunarse responsables de los rebrotes?
