La encrucijada de Biden

El fin de semana por algunas horas se vivió tensión e incertidumbre por el ataque no tripulado enviado por Irán contra objetivos en Israel como represalia al ataque al consulado iraní en Damasco a principios de mes. Si bien fue un ataque coordinado que no causó mayor ...

El fin de semana —por algunas horas— se vivió tensión e incertidumbre por el ataque no tripulado enviado por Irán contra objetivos en Israel como represalia al ataque al consulado iraní en Damasco a principios de mes. Si bien fue un ataque coordinado que no causó mayor daño, sí representa el primer ataque directo al territorio israelí.

El 99 por ciento de los proyectiles enviados por el país persa fueron interceptados, de acuerdo con fuentes occidentales. El gobierno de Irán insistió en que no tiene intenciones de escalar el conflicto y que este ataque militar es toda su respuesta al ataque a su consulado; aunque también enfatizó que está listo para cualquier acción futura en defensa de su soberanía.

Luego del el ataque de Irán a objetivos israelíes el fin de semana pasado se abre una serie de interrogantes para Estados Unidos. Joe Biden tuvo que respaldar a su eterno aliado Israel y asegurar que está comprometido con la seguridad del país hebreo, pero exhortó a Israel a no responder a este ataque y evitar una escalada de tensiones en la región. Y es que la realidad es que, en plena época electoral, Biden se encuentra en una encrucijada entre defender al pueblo israelí por la presión al interior de Estados Unidos, mientras que otro creciente sector reprocha a Washington su papel en el conflicto en Gaza. No son pocas las voces que critican al presidente estadunidense por su proceder con relación a Israel, entre esas voces la de Donald Trump.

Tras el ataque de Irán, una de las grandes preocupaciones de Joe Biden es que Benjamin Netanyahu responda a la provocación. Biden, el Pentágono y sus aliados europeos le han advertido a Israel que no contarán con su respaldo militar debido a que pretenden evitar que este conflicto se convierta en una guerra regional. Argumento que es totalmente fantasioso y repetido obsesivamente por los medios de comunicación occidentales, que parecen no estar enterados que la guerra regional ya existe desde antes del ataque iraní del fin de semana; basta nombrar las constantes ofensivas de Israel a Siria, los ataques del Líbano a Israel, de Yemen al mar Rojo, de Estados Unidos contra Yemen o el Reino Unido contra Yemen, de Irán contra Estados Unidos, Reino Unido e Israel a través de sus milicias o las llamadas guerras proxy. El conflicto árabe-israelí lleva décadas en la región y nadie se compromete con una resolución justa y duradera.

Por su parte, Benjamin Netanyahu encuentra en este ataque iraní un respiro a su creciente desaprobación en el interior del país. Por primera vez en meses, los crímenes incurridos en contra de la población en Gaza no fueron el titular de las noticias. Mientras la población (incluidos los judíos ultraortodoxos) piden su dimisión, este ataque iraní le permite legitimarse como el único que cuenta con la capacidad de defender el país de sus múltiples enemigos.  Una fórmula desgastada que sigue utilizando Vladimir Putin frente a los rusos y que le valen una tras otra reelección.

A nosotros, los espectadores de a pie, nos queda como lección analizar y cotejar la información que se nos proporciona por las cada día menos reguladas redes sociales. Son cientos de videos que se difundieron de los supuestos ataques de drones en Israel, la mayoría de ellos falsos y que corresponden a eventos pasados, pero que fueron replicados a una velocidad inexplicable. Por otra parte, no confiar en los discursos que proliferan, como la letanía de que no hay un conflicto regional en Oriente Medio, mientras que, por lo menos, 16 naciones están en constante conflicto y tejiendo alianzas como Irak, Jordania, Arabia Saudita, Siria, Yemen, Kuwait, Qatar, Baréin, por nombrar algunos.

Temas: