El traje del emperador
Cuando creíamos que ya habíamos visto todo, Donald Trump nos vuelve a sorprender. En esta ocasión, en un video hecho con IA donde pilotea un avión y arroja excremento sobre una multitud que protesta bajo el lema de No Kings No Reyes. Si no se tratara del presidente más ...
Cuando creíamos que ya habíamos visto todo, Donald Trump nos vuelve a sorprender. En esta ocasión, en un video hecho con IA donde pilotea un avión y arroja excremento sobre una multitud que protesta bajo el lema de No Kings (No Reyes). Si no se tratara del presidente más poderoso del mundo, podría ser una broma excéntrica privada. Pero no, la publicó en sus redes sociales. La metáfora es demasiado precisa: lanza mierda desde las alturas a millones de ciudadanos que exigen democracia y no un imperio.
El pasado fin de semana, dos mil 500 ciudades en Estados Unidos protestaron con más de siete millones de personas en las calles de toda la nación, se trata de la mayor movilización civil en décadas bajo el grito de No Kings! y pancartas y globos que ridiculizaban al presidente. Parecería que se trata de la versión contemporánea del cuento de Hans Christian Andersen, El traje del emperador, todos fingen que el monarca está vestido con la autoridad moral del gran pacificador y arquitecto del nuevo orden mundial, mientras que, al interior del país, camina desnudo de credibilidad.
ENTRE LA AMENAZA Y LA PROPAGANDA
Lo que vendió como su tremendo éxito y como el fin de una guerra que “ha durado siglos” (según él), es una tregua en Gaza que ya se tambalea. Israel, como era previsible, rompió el alto al fuego con una nueva ofensiva aérea, más de 45 muertos, cientos de heridos y otra escuela convertida en polvo. La respuesta oficial de Benjamin Netanyahu era esperable: “Represalia ante una emboscada”. La misma historia sin fin. Trump, desde Washington, aseguró que Hamás prometió “portarse bien” y que, si no cumplía, “sería erradicado”.
Un guion que todos conocemos y que convierte los acuerdos de Egipto en un espectáculo más. Se invoca la paz, una y otra vez, pero el dedo está en el gatillo. Netanyahu amenaza desde su trono; Hamás acusa a Israel de bloquear la ayuda humanitaria; las familias gazatíes siguen enterrando a sus muertos entre devastación y hambre.
Mientras tanto, Donald Trump planeaba su próxima fotografía: una cumbre con Vladimir Putin, después del tremendo fiasco que fue la reunión en Alaska. Fiasco para Trump que no obtuvo nada más que la efímera atención mediática. Finalmente, la Casa Blanca le dio la espalda a Putin y el encuentro se canceló.
EL TRONO MEDIÁTICO
Desde el podio, Donald Trump proclama un liderazgo que le devolvió la estabilidad al mundo y presume haber terminado con ocho guerras (nadie sabe cuáles), pero la realidad es muy distinta: Gaza arde, Ucrania resiste, Europa tiembla frente a otro acuerdo improvisado basado en la nada y, en Estados Unidos, la población se divide entre la idolatría a su líder y quienes marchan en las calles.
NO KINGS
Las protestas de No Kings no son una simple manifestación de resistencia. Son el síntoma de una sociedad que teme por su democracia y busca defender la división de poderes frente a un gobierno que convierte cualquier crisis en una campaña política y propagandística. También son una demostración de que los ciudadanos de a pie no aplauden sin analizar. Aún no se cumple ni un año de su mandato y el entorno se vislumbra complicado y volátil. Hay que recordar que las farsas sólo duran mientras todos estén aplaudiendo.
POST SCRIPTUM
¡Qué desgracia fue el relanzamiento de Acción Nacional! Ésa es la moribunda oposición en México. En fin…
