El show de la nada

Como cada año, esta semana se reúnen los líderes mundiales en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas ONU, escucharemos exhortos y declaraciones de la misma índole de lo que sucede cada año: desde el llamado siempre urgente a combatir el cambio ...

Como cada año, esta semana se reúnen los líderes mundiales en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), escucharemos exhortos y declaraciones de la misma índole de lo que sucede cada año: desde el llamado siempre urgente a combatir el cambio climático hasta la exigencia de innumerables países para levantar el obsceno bloqueo económico y comercial a Cuba.

Será una reunión más de tantas que Naciones Unidas ha organizado con el fin de generar consenso sobre las problemáticas globales y la cooperación internacional. Lastimosamente una muestra más de que el multilateralismo, tal y como lo conocemos, sirve para nada en términos prácticos.

Llamados, acuerdos, compromisos y promesas serán signados, con la soñadora idea de que realmente las cosas cambiarán a partir de esta semana, pero con el paso de los meses y hasta la próxima asamblea, seguramente pasará muy poco o nada mientras 2030 está a la vuelta de la esquina y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) muy lejos de cumplirse.

Pero esta asamblea tiene algo muy particular, los países emergentes están alzando la voz, gritándole al mundo entero: ¡Basta!, ya no son los títeres o países de segunda que sólo miran y acatan.

Hoy los países emergentes buscan jugar un papel diferente; ahí están los BRICS, que buscan mayor representatividad en la organización porque por primera vez las economías emergentes están organizadas y no temen confrontar al G7.

Basta escuchar el sentido mensaje del presidente de Colombia, Gustavo Petro, diciendo fuerte y claro que no va a apoyar a Ucrania y exponiendo la hipocresía de occidente a condenar y boicotear a Rusia y no a Israel en su política de exterminio. Por supuesto, la mayoría de los asistentes abandonó el recinto. Un discurso que a muchos nos provoca una añoranza por un Fidel Castro que ponía el color a tan insípidas y estériles reuniones.

Lula da Silva, aunque más suave, puso de manifiesto las desigualdades de la cooperación internacional y como la misma es discrecional. Nayib Bukele, influencer disfrazado de presidente de El Salvador, con discursos fantasiosos asegurando que su país es ahora el más seguro de América Latina. Todos y cada uno con alguna excentricidad, ninguno con propuestas realistas.

A casi 80 años de su fundación, Naciones Unidas no ha cumplido su objetivo original: garantizar la paz y la seguridad internacional. Decenas de los 193 países miembros viven en condiciones deplorables, con un perpetuo estado de violencia, conflictos internos y saqueo. 

Resulta claro que en siete años no se lograrán los ODS, aunque era claro que eso sucedería debido a lo ambicioso de los mismos. Tampoco se está priorizando el tema migratorio, que hoy representa una de las mayores crisis humanitarias a nivel internacional y donde la respuesta internacional es insuficiente.

¿Hasta cuándo seguirán realizando este festival anual de la nada sobre la nada?

POST SCRÍPTUM

¡Qué vergüenza el tema de los “seres no humanos” que llevaron al Congreso! No paramos de hacer ridículos internacionales.

Temas: