El gen mexicano
Exigir disculpas por hechos ocurridos en el muy remoto pasado es profundamente equivocado
Solicitar que el reino de España pida perdón por los agravios cometidos por ellos hace más de 500 años y de ahí a extrapolarlo a la participación que ha tenido ese país en la economía mexicana durante los últimos 20 años, sólo puede ser visto como un espejito que trata de ser cambiado por piezas de oro.
Quienes descubrieron y conquistaron esta tierra no únicamente se dedicaron al saqueo o la destrucción, como muchos pretenden simplificar una muy compleja e intrincada vinculación que comenzó oficialmente con la unión entre Hernán Cortés y la Malinche —que ninguno de los dos eran mexicanos—, pero que en Martín Cortés Malintzin comenzaron una simbiosis hasta lo que hoy son los nativos en esta tierra.
Un periodista amigo mío alguna vez me contó que bromeaba con colegas españoles y les dijo: “Tus parientes saquearon México”, y alguno de ellos le respondió: “Es más probable que sea un pariente tuyo el que fue a hacer las Américas y se quedaron allá”.
Más allá de la ingeniosa respuesta queda la realidad, el propio Presidente de la República tuvo en su abuelo materno el ejemplo de un español que encontró en México no una tierra de conquista, sino de oportunidades, como las que ciertamente tuvo para generar prosperidad.
El Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM y las universidades de California en San Francisco y Stanford, revelaron que el genoma de los mexicanos es 45% indígena, otro porcentaje igual europeo y el restante africano. Adicionalmente, entre los indígenas, las diferencias genómicas pueden ser tan grandes como entre un asiático y un europeo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha optado por una actitud beligerante contra España, que llegó a su punto más alto con utilizar un concepto que no existe en la diplomacia; poner “en pausa” las relaciones entre ambos países hasta que termine su administración. ¿Qué significa? Nada, evidentemente.
Afortunadamente no ha tomado acciones que, en el derecho internacional, serían llamar a consultas al embajador mexicano y dejar sólo al agregado de negocios encargado de mantener una relación viva y creciente.
España es el segundo inversionista en México, superado sólo por Estados Unidos, y existen registradas más de seis mil 500 empresas de aquel país en prácticamente todos los sectores de la economía, que van desde los servicios financieros u hoteleros hasta industrias pesadas.
Exigir disculpas por hechos ocurridos en el muy remoto pasado o afirmar que durante los últimos tres sexenios las “cúpulas” españolas han visto a México como una tierra de saqueo es profundamente equivocado.
La convivencia y cercanía, que no pudo erosionar la ruptura de relaciones durante el franquismo, se ha convertido en prosperidad para muchos mexicanos que hoy ven en empresas españolas oportunidades de crecimiento y desarrollo, se trata mucho más de una acción propia del populismo que busca desviar la atención de los ingentes problemas que sí enfrenta México y que no se deben al descubrimiento de Cristóbal Colón, sino a los errores que se cometen en tiempos recientes.
POST SCRIPTUM
La creciente tensión entre Rusia y Ucrania ya está cobrando los primeros saldos. El aumento que están registrando los precios del petróleo ante la amenaza de un enfrentamiento armado podría parecerse mucho a otra variante de coronavirus hacia la recuperación mundial.
Petróleos marcados como el WTI o el Brent del mar del norte están llegando a cotizaciones que rondan los 100 dólares por barril, lo que generará presiones inflacionarias en Estados Unidos, que experimenta el nivel más elevado de precios en los últimos 40 años.
La guerra siempre es un mal camino y seguirlo es propio de personas desesperadas y carentes de capacidad. Desde aquí, hago votos por el regreso a la civilidad.
