Demasiadas piezas
Son abrumadoras las aristas que plantea el mundo en la actualidad y, para poder comprenderlo, es necesario poner todas las piezas del rompecabezas sobre la mesa para ver cómo encajan en este complejo contexto. Más de la mitad de la población mundial votará o ya lo ha ...
Son abrumadoras las aristas que plantea el mundo en la actualidad y, para poder comprenderlo, es necesario poner todas las piezas del rompecabezas sobre la mesa para ver cómo encajan en este complejo contexto.
Más de la mitad de la población mundial votará o ya lo ha hecho en más de 50 países, que equivalen a más de una tercera parte del PIB mundial. Pocas veces en la historia tantas naciones han decidido su futuro político en la misma época.
En algunas, los procesos han sido tranquilos y dentro de los causes constitucionales, pero la tensión y la duda han campeado en una buena parte de las naciones. En América se han registrado procesos razonablemente ordenados, como en México, y otros que han derivado en revueltas sociales, como Venezuela.
Sin embargo, el peso específico de Estados Unidos hace que prácticamente todo gire en torno a la decisión que tomarán los estadunidenses entre Kamala Harris o el regreso de Donald Trump. Lo que se decida en unos meses más moverá de manera sumamente importante las piezas del rompecabezas mundial.
Para México, la elección de su principal socio comercial representará un cambio de página. Si Trump regresa a la Casa Blanca se debe esperar una administración menos abierta al comercio mundial. Esto implicará que México tenga que redefinir su política comercial y olvidarse del nearshoring.
Ya el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ha deslizado que una mayor integración a Estados Unidos le daría a México más posibilidades de crecimiento a las planteadas por ahondar los vínculos comerciales con Asia.
La tensión entre naciones plantea una serie de piezas importantes. El crecimiento de la beligerancia entre Israel e Irán pone en juego una gran duda sobre el mundo. El gobierno de Alí Jamenei ha dejado claro que tiene derecho a la retribución por el atentado perpetrado por Benjamin Netanyahu; sin embargo, no desea que el conflicto escale, a pesar de tener abiertamente el apoyo de China y Rusia.
Existe mucha presión sobre la economía mundial derivada de los conflictos políticos que, si bien no avecinan una guerra, sí están maximizando el impacto que tienen decisiones que, en otras circunstancias, sólo tendrían efecto en las páginas financieras.
En Estados Unidos ha regresado el fantasma de la recesión, que tendría su cara más oscura en la caída de las empresas de alta tecnología.
La creciente posibilidad de que la Fed inicie el descenso de las tasas de interés, más el mal dato de empleo, generaron que se sobredimensionaran decisiones de política económica, como la del banco central japonés de aumentar por primera vez en muchos años la tasa de interés, lo que generó una fuerte volatilidad en su mercado de valores y fue el catalizador de ajuste en las decisiones de inversión en prácticamente todo el mundo.
Los grandes inversionistas internacionales que pedían dinero prestado a tasa prácticamente cero en Japón y lo invertían en otros mercados, como las empresas tecnológicas, cambiaron súbitamente y el conocido carry trade ahora va a tener que ser radicalmente diferente.
Se está viviendo una época de gran incertidumbre global. Un viento de tormenta que impone la necesidad de mantener firme el timón para navegar estas aguas procelosas en las que un error de cálculo puede ser fatal.
