¿De quién es la culpa?

Es un momento pertinente para preguntarnos si estamos hablando de migración o de refugiados

Por primera vez en la historia, las remesas mensuales superaron los cinco mil millones de dólares. Una cifra muy superior a la inversión extranjera directa o las exportaciones. Una cifra manchada de sangre y dolor, muestra de un fracaso que da cuenta de sus caras más violentas.

Por otro lado, el número de migrantes indocumentados de origen mexicano volvió a crecer durante esta administración, con su caudal de dolor, sufrimiento y desesperación ante un gobierno que no puede cumplir con derechos mínimos para sus pobladores.

Por más de una década, la migración mexicana a Estados Unidos descendía y, durante los dos últimos años, volvió a subir. ¿La excusa gubernamental? La ola de pobreza y desempleo que trajo la pandemia. ¿La realidad? Sí, covid-19, la pobreza, pero también la imparable violencia.

Son miles los que comienzan su peregrinar para llegar a la frontera norte para huir de la violencia. Sería un momento pertinente para replantearnos si estamos hablando de migración o de refugiados.

Un éxodo que abandona lugares tan inhabitables como la Tierra Caliente o Jalisco. Ya no son sólo hombres que migran para mandar recursos a sus familiares. Ahora son familias enteras que huyen para no ser asesinados o reclutados por el crimen organizado.

El gobierno mexicano no tiene ninguna razón para buscar medidas que desincentiven la migración. Gracias a esos millones de mexicanos, el país se sostiene, vivimos y dependemos de esas remesas y, lo peor, es que nos jactamos de ello como si fuera un triunfo de la política nacional.

Cada que se incrementa la cifra de remesas significa que son más personas que abandonaron sus hogares para sobrevivir, personas que huyeron y que, a pesar de que este país les falló en todos los sentidos, son nuestro apoyo y motor de una economía que se sostiene con palillos.

¿LOS POLLEROS?

Tras la tragedia en el tráiler en San Antonio, Texas, donde murieron 53 personas, medios y autoridades señalaron los actos criminales de los polleros que transportaban a esos migrantes. ¿Es su culpa? Sin duda, son un brazo del crimen organizado que impera en México y solapado en Estados Unidos. Pero, en estricto sentido, existen para satisfacer un servicio propiciado por décadas de gobiernos mexicanos ineptos. Son una consecuencia más, no son la causa.

En el norte son polleros y muertes trágicas, pero en el sur la frontera también es un desastre. Cientos de miles de centroamericanos detenidos, hacinados y maltratados.

En todo el país ya es cotidiana la presencia de centroamericanos y haitianos en mendicidad. ¿Hasta cuándo?

POST SCRIPTUM

Ya es momento de que las autoridades sanitarias vuelvan a habilitar las incapacidades por covid en la página del IMSS y del ISSSTE.

Otra vez, las filas para tramitar este requisito son larguísimas, con tiempos de espera de horas. ¿Imagina a un paciente con síntomas parado horas bajo el rayo del sol? ¡Qué necesidad de esparcir más el virus! Ya no hay excusa para seguir errando con el abordaje de esta enfermedad.

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