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De Mujeres impresentables…

Kimberly Armengol

Kimberly Armengol

Rompe-cabezas

Plagiar es robar y robar es un delito. Quien comete un delito es un delincuente. Punto.

No fue una travesura, una falta menor o es un desliz. Fue un robo descarado que ni siquiera se disimuló con paráfrasis. Es la burla más burda. Desde el intento de torcer la cronología hasta decir que es una persecución política o linchamiento mediático es, por decir lo menos, cínico.

¿Por qué perdemos el meollo del asunto de Yasmín Esquivel en politiquería? ¿Por qué desviamos el tema y hay quienes dicen que en sexenios pasados no la denunciaron y ahora sí? Fácil, porque ahora lo sabemos.

¿En qué momento van a incluir cuestiones de género para disculpar a Yasmín Esquivel? Estoy segura de que no tardan en decir que se trata de un tema de misoginia, machismo y hasta violencia política de género. Va a ser tan lamentable que se prostituyan de ese modo las luchas de décadas de mujeres para justificar lo injustificable.

No importa el género ni la filiación política de la ministra Esquivel, no es un tema para dañar al presidente López Obrador (él no le hizo ni le aprobó la tesis ni él le expidió el título), es un tema de ética elemental.

No estamos hablando de una “faltita menor”, cual manejar sin licencia de conducir. Es una ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que se encarga de impartir justicia en el más alto nivel del Poder Judicial y basó su desempeño profesional en un plagio. Las decisiones de la ministra Esquivel cambian el rumbo de la vida legal de millones de mexicanos. ¿Por qué es tan difícil de entender la gravedad y profundidad de un tema semejante? Normalizamos tanto la corrupción que sólo nos parece un capítulo más de lo mismo. México y sus jocosos episodios de corrupción.

 

…A GUERRERAS INCANSABLES

La saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos tuiteó el fin de semana: “Si lo liberan y se da a la fuga y me mata #QuemenloTodo”.

Así se lee el dolor, la impotencia y la indignación de una mujer que sufrió un intento de feminicidio, quien fue quemada con ácido y lleva tres años bajo tratamientos médicos y psicológicos, pero sin dejar de luchar para recibir justicia. Revictimizada una y otra vez.

Y sí, dejaron en arresto domiciliario (por no decir en libertad) a Juan Antonio Vera Carrizal, señalado como autor intelectual del ataque con ácido a Male.

Así nada más, días y jornadas de hasta 20 horas de deliberaciones para fingir que se impartió justicia en Oaxaca. Estado que, dicho sea de paso, se encuentra entre los 12 peores del país en grado de adhesión al Estado de derecho, de acuerdo con el Índice de Estado de Derecho en México, de World Justice Project.

De nada sirven los lamentos del gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, o los pronunciamientos de Inmujeres, el Mecanismo de Protección Federal y millones de mujeres: el feminicida está libre y Male en peligro.

México y sus episodios de misoginia e impunidad. Un Estado que ampara a feminicidas.

 

POST SCRIPTPUM

Pertenezco a quienes creen (o desean) que los temores de una recesión no se materialicen y los despidos en las grandes empresas tecnológicas resultan un pésimo síntoma.

 

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