De luces y sombras

Este 2024 se perfila como un año complejo a nivel electoral en la región. La figura de Donald Trump cada vez cobra más fuerza entre su electorado y su posición de mártir de la nación se fortalece tras cada revés judicial.

Justo se cumplieron tres años del asalto al Capitolio por aquella horda de salvajes fanáticos (y promovidos) del presidente Trump y que, por increíble que parezca, esa horda continúa nutriéndose de nuevos, más apasionados y más violentos seguidores. Aquellas imágenes de la peor insurrección en la era moderna de Estados Unidos contribuyeron a alimentar la leyenda del presidente magnate.

De acuerdo con una encuesta del USA Today, Joe Biden continúa perdiendo el respaldo de una parte crucial de la base demócrata votante conformada por la población de latinos, afroamericanos y los menores de 35 años. La encuesta señala que Trump aventaja a Joe Biden con dos puntos porcentuales en esa población. En este punto, hablar de la invisible figura de Kamala Harris resulta ocioso.

Siendo justos, el crecimiento en la popularidad de Donald Trump también se atribuye a la clara decrepitud demostrada por Joe Biden durante los últimos meses. Sus lapsos mentales y problemas motrices contrastan notablemente con un contrincante con una energía espectacular.

La percepción al interior del país es que la economía va de mal en peor y que el ingreso, el poder adquisitivo y el posicionamiento internacional de Estados Unidos va en picada, aunque los datos duros no avalen esa teoría que vive en el imaginario colectivo.

Es cierto que la inflación sigue sin situarse por debajo del 3% desde marzo de 2021, también lo es que las cadenas de suministro están detenidas y que los precios se incrementan notablemente. Durante la actual administración se alcanzó la inflación más alta de las últimas cuatro décadas a más  de 9% (en junio de 2022). Factores que se atribuyen siempre al gobierno en turno sin comprender las secuelas económicas pospandemia y las variables de encarecimiento del petróleo y alimentos derivado de la guerra con Ucrania. Todos y cada uno de estos factores refuerzan la ilusión de que Trump llegará con su slogan Make America Great Again y que lo logrará.

Para aquellos que aún albergan la esperanza de que Donald Trump no pueda contender en la elección por cualquier cargo o imputación judicial, DeSantis o cualquiera de los mini Trump del Partido Republicano también quitaría del Salón Oval al presidente actual.

De este lado

Desde México, más allá del tema migratorio y comercial, también debemos tener presente que los planes de expansión económica derivado del nearshoring podrían cambiar sustancialmente con un Donald Trump como presidente. Recordemos que él es el principal promotor de generar condiciones favorables para que las empresas se reubiquen en Estados Unidos y la derrama económica beneficie el autoconsumo y a los ciudadanos estadunidenses.

POST SCRIPTUM:

Pregunta seria: ¿aún está en la contienda Xóchitl Gálvez?