De ecos y egos
Ver en la Marea Rosa algo más allá de una manifestación son ganas de no pensar con lógica.A partir de los arrasadores resultados que le dieron un triunfo sin precedentes a Claudia Sheinbaum y a Morena a nivel nacional y, sobre todo, mayoría calificada en las ...
- Ver en la Marea Rosa algo más allá de una manifestación son ganas de no pensar con lógica.
A partir de los arrasadores resultados que le dieron un triunfo sin precedentes a Claudia Sheinbaum y a Morena a nivel nacional y, sobre todo, mayoría calificada en las cámaras de representantes, son miles de ciudadanos que desde el lugar común y la falta de autocrítica se rasgan las vestiduras y lanzan consignas tales como: “Hay algo muy raro, yo vi a todos en mi casilla que votaron por Xóchitl”, “no son posibles estos resultados, la Marea Rosa inundó el Zócalo; nos robaron la elección”, “a los que votaron por Morena les compraron el voto con programas sociales”. Los más aberrantes de todos los “análisis” fueron los de aquellos sesudos comentócratas con sus referencias a París, Madrid o los aeropuertos. ¡No, por favor! ¡No podemos ser tan chiquititos! Analistas, periodistas e intelectuales que sólo pueden escuchar a su ego y a su eco.
Primero: a estos personajes no les interesa analizar por qué Claudia Sheinbaum llega a la Presidencia de México con cinco millones más de votos que su antecesor, el presidente López Obrador. Tampoco son capaces de ver que en la elección más grande de nuestra historia la candidata morenista (y sí, la candidata del presidente Obrador) ganó dos a uno frente a Xóchitl Gálvez y rechazaron todo lo que Gálvez y sus partidos representan.
Segundo: es de una infinita ignorancia “imaginar” que nuestro microcosmos es una representación fehaciente del país y de los millones de ciudadanos que por primera vez en décadas se sintieron visibilizados e identificados con los valores que representa Morena. Esos millones que hoy están en shock ejemplifican el fenómeno llamado “cámaras de eco” donde sólo somos capaces de escuchar a individuos y argumentos que piensan de forma similar a nosotros. Esos millones que no comprenden qué sucedió el domingo pasado razonan en algoritmos de redes sociales; aseguran que la realidad es representada por ellos y los suyos. Evidentemente, el Otro no existe. Y, precisamente, esas cámaras de eco son las que polarizan a nuestro país y desatan una ola de violencia y descalificación sin precedentes.
Un ejemplo claro de estas cámaras de eco fue la Marea Rosa. Según sus organizadores, hubo más de un millón de personas en aquella manifestación. Suponiendo ,sin conceder, que son correctos sus números ¿qué representa un millón de personas frente a un padrón electoral de más de 98 millones de electores inscritos? ¡Nada! Ver en la Marea Rosa algo más allá de una manifestación son ganas de no pensar con lógica y datos duros.
Mientras que la Marea Rosa atrajo a más de un millón de manifestantes, durante esta administración, 1.7 millones de mexicanos salieron de la pobreza extrema y 7.2 millones salieron de la pobreza moderada. Casi 5 millones de ciudadanos (votantes) se dejaron de considerar a sí mismos como pobres. Y sí, fue gracias a los programas sociales. Ésas son las cifras duras de la realidad nacional, la que parece que no conocen los opinadores desde sus vuelos a París.
Tercero: de los más ruines y peores razonamientos son los que afirman que el electorado que favoreció a Morena son los “nacos, pobres, pendejos y que viven en la mentira…los que fueron comprados con limosnas”. Desde la arrogancia, el privilegio, la soberbia e ignorancia aseguran que esos Otros, los que piensan diferente, viven en la mentira. ¿Por qué no analizar si son ellos los que viven en su cajita de mentiras y son incapaces de ver la lacerante realidad del país más desigual de la OCDE?
Cuarto y último: fueron muchos los que alzaron la ceja en señal de sospechosismo por las precipitadas felicitaciones de líderes latinoamericanos. Otra vez, no entendimos nada. Sí, la izquierda latinoamericana está de fiesta y, finalmente, ve a México como aliado y no como una colonia de Estados Unidos. Nos guste o no, ésa es la visión.
La mejor revancha de los que por décadas fueron invisibilizados, discriminados y despojados fueron las urnas. Ahora es momento de escuchar y construir.
