El domingo se jugará el partido 272 y último de la temporada regular de la NFL. Con el duelo por el título de la división norte de la Conferencia Americana llegará a su fin una campaña que ha resultado espectacular, pero que ha tenido un desarrollo inesperado, incluso para los estándares de una liga que presume ser la de mayor paridad.
Es bien conocido que la NFL suele ser impredecible y, aunque es cierto que durante dos décadas Nueva Inglaterra fue la franquicia que rompió el molde en la era del tope salarial y la agencia libre, y que a la caída de esa dinastía surgió Kansas City, esos equipos fueron la excepción.
Además de esas dos franquicias, generalmente en cada campaña una vez que llega el final de diciembre y estamos por entrar a enero, se tiene una idea clara de quiénes son los favoritos para pelear por los boletos al Súper Tazón; claro que siempre surge alguna sorpresa en el camino, pero llegando los playoffs, tres o cuatro equipos se ven al menos en el papel muy por encima del resto.
Pero este 2025 nos ha presentado algo muy diferente, y como bien lo comentó Chris Collinsworth en la transmisión del partido entre San Francisco y Chicago, al ser cuestionado acerca de cuáles son los equipos a vencer en la postemporada, es imposible hacerlo, debido a la paridad entre quienes han calificado.
Y es que este año la paridad de la liga ha llegado a su máxima expresión, con más sorpresas de lo común, con equipos que llevan un bajo rendimiento y que han ganado pocos partidos, derrotando a los llamados candidatos; con mucho más aspirantes de los habitual a quedarse con el trofeo Vince Lombardi, lo que propicia que no haya un favorito en las conferencias. A excepción de un par de franquicias que estarán jugando en la postemporada (los campeones de la AFC y de la NFC), el resto de los equipos que han logrado su boleto a la siguiente instancia, tienen argumentos suficientes para llegar lejos, pero también tienen alguna debilidad en particular que podría ser su talón de Aquiles en la búsqueda del campeonato.
Es por ello, que ahora más que nunca jugar de local podría marcar la diferencia, razón por la cual, lo que suceda entre el sábado y el domingo cobra mayor relevancia. De manera poco común, el último fin de semana de la campaña nos presenta muchos escenarios posibles, con la pelea por el número uno de la siembra en ambas conferencias todavía en disputa, así como cuatro divisiones que coronarán a un campeón. Hablando de eso, es factible que sólo una división repita al ganador de 2024; otra muestra de la paridad y de lo compleja que ha sido la NFL en este año. Con una semana por jugarse, muchas cosas están por definirse, y el final de la campaña y la postemporada que está por iniciar, seguro serán tan emocionantes y difíciles de pronosticar como las 17 semanas que se han disputado hasta ahora.
