Por poco más de dos décadas, los Patriotas de Nueva Inglaterra dominaron la NFL, transformándose en el equipo a vencer de la mejor liga deportiva del planeta. Logrando algo que era impensado: mantenerse tanto tiempo en la élite en una época en la que es mucho más difícil que tiempo atrás debido a la manera en que las cosas están estructuradas, con la agencia libre y especialmente con el tope salarial, que evita que una franquicia pueda mantener a los mismos jugadores por mucho tiempo.
Décadas atrás, sin esas restricciones, los equipos de mayor poderío económico, y que además tuvieran a un propietario muy capaz que supiera rodearse de las personas adecuadas, podían mantenerse en la cima del deporte de las tackleadas con mayor facilidad, hoy eso es muy complicado, ya que es fundamental saber manejar muy bien los recursos, ofreciendo contratos que sean amigables para el equipo y que sean lo suficientemente jugosos para los jugadores para querer quedarse.
El propietario de los Patriotas, Robert Kraft, fue precisamente ese tipo de dueño que logró siempre conformar una gerencia con gente capacitada para saber maniobrar en los tiempo modernos de la NFL, y sin olvidar la decisión de contratar a Bill Belichick, que fue el coach ideal para que durante poco mas de 20 años Nueva Inglaterra no tuviera rival en su división y, de paso, fuera el equipo ejemplar de la liga en cuanto a resultados, conquistando seis Supertazones, y ganando el título de la Conferencia Americana en nueve ocasiones. Pero todo llega a su fin, primero con el adiós de Tom Brady, que fue el rostro de la franquicia desde 2001 hasta su adiós, luego con la partida de Belichick. Los siguientes años fueron complicados y, tras ser un equipo habitual en playoffs, vinieron tres años seguidos sin calificar, llevando a Kraft a darle las gracias a Jerod Mayo, que se había convertido en el sucesor del coach más ganador en la era del Super Bowl.
El elegido para revertir las cosas fue Mike Vrabel, viejo conocido en Nueva Inglaterra, ya que ,como jugador, ganó tres anillos de campeón, y después como entrenador en jefe tuvo mucho éxito en Tennessee. A un importante grupo de agentes libres que trajeron su experiencia y su calidad, un factor clave ha surgido: el crecimiento del quarterback de segundo año Drake Maye. El egresado de la Universidad de Carolina del Norte le ha dado estabilidad a la posición de mayor importancia en el futbol americano, algo que perdieron con el adiós del legendario Brady.
El liderazgo de Maye, junto al nuevo staff de coaches y un roster comprometido han permitido que, tras tres años sin calificar, estén de regreso en la postemporada. A falta de dos semanas para saber en qué posición terminarán en su división y en la siembra de la AFC, los Patriotas son, sin lugar a duda, un candidato para el próximo Supertazón.
