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Cambio climático

Juan Carlos Sánchez Magallán

Juan Carlos Sánchez Magallán

El Día Mundial del Clima lo estableció la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992.

El término clima hace referencia a las condiciones más frecuentes de la atmósfera en una región de la superficie terrestre. Es vital para la vegetación y la vida silvestre, ya que, sin él, no se darían los procesos fisiológicos, la concepción y el crecimiento de los seres vivos. Sin embargo, la intervención humana ha generado una variación en el cambio natural del clima.

Factores como el crecimiento acelerado de la población, el desarrollo industrial, la emisión de gases de efecto invernadero, la contaminación ambiental, la quema de combustibles fósiles, las malas prácticas ambientales, la deforestación y la sobreexplotación de recursos naturales han acelerado esta transición hacia el cambio climático. Sus efectos son inundaciones, la pérdida de hábitats costeros, incendios forestales, sequías, tormentas y pérdidas de cultivos, afectando a la agricultura, la seguridad alimentaria y la salud humana. Tormentas intensas en duración e intensidad. Cambios en la biodiversidad por el peligro en las especies terrestres y marinas, acelerando su extinción a un ritmo 1000 veces mayor que en cualquier otra época registrada en la historia humana. Impacto en la agricultura con cambios en las estaciones de crecimiento, patrones de lluvia y temperaturas extremas que afectan la producción de alimentos con costos económicos cuantiosos.

Recordemos las lecciones del Holocausto. Un buen artículo de Javier Jaén, que refiere al libro Black Earth: The Holocaust as History and Warning, argumenta que Hitler estaba impulsado por un pánico ecológico relacionado con la escasez de tierras agrícolas, al codiciar las fértiles tierras de Ucrania; su visión de la ecología estaba ligada a la lucha por la supervivencia y los recursos. En un mundo más violento, la lucha por los terrenos agrícolas podría volver a ser una amenaza, similar a la que Alemania enfrentó en la década de 1930.

Otro ejemplo es la Segunda Guerra Mundial, por las bombas nucleares lanzadas en Hiroshima y Nagasaki que tuvo efectos significativos en el medio ambiente, algunos de los cuales persisten hasta hoy. La radiación y la contaminación. Las balas hechas de plomo, el humo de disparos, el polvo de uranio y los misiles antitanques con uranio afectaron al medio ambiente, la quema de pozos de petróleo liberó grandes cantidades de contaminantes al aire y al suelo. La destrucción de presas causó inundaciones.

El uso de combustible de aeroplanos contribuyó al adelgazamiento de la capa de ozono. El hundimiento de armamento en el mar sigue siendo un problema de contaminación.

El conflicto entre Rusia y Ucrania tiene implicaciones más allá de las fronteras políticas y militares, es importante considerar cómo afectan el medio ambiente y, a su vez, cómo el cambio climático puede influir en la dinámica de los conflictos, como los desplazamientos masivos de poblaciones, aumentando la presión sobre los recursos naturales y los ecosistemas locales. Agua, alimentos y energía se vuelven más escasos exacerbando tensiones. Las regiones son vulnerables con sus consecuentes desafíos para la gobernanza; por otro lado, el gasto en armamento y la inversión en seguridad son un desafío incongruente frente a crisis humanitarias, como el hambre, la pobreza y el propio cambio climático.

La UE debe considerar cómo equilibrar la seguridad con la atención a estas crisis. La inversión en desarrollo sostenible, seguridad alimentaria y mitigación del cambio climático es esencial.

El impacto de la seguridad global requiere implementar una eficiente diplomacia climática, revisando el cumplimiento del Acuerdo de París para resolver conflictos entre países, el deterioro de los recursos naturales y la pérdida de vidas humanas valiosas.

La gestión sostenible del agua, la tierra y los alimentos es crucial. Promover la seguridad es un factor de seguridad global. ¿O no?, estimado lector.

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