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Gentrificación política a la mexicana

José Luis Jaimes Rosado

José Luis Jaimes Rosado

La gentrificación se define como la sustitución de población y aburguesamiento de sectores urbanos… invasión de barrios obreros próximos al centro de las ciudades, por individuos de clase media que rehabilitan la deteriorada edificación residencial haciendo subir los precios de la vivienda y provocando la expulsión de las clases bajas que originalmente habían ocupado el sector; fenómeno que, en paralelo, se puede constituir en otras áreas como la comunicación (Excélsior, 25 de diciembre de 2017) y la política.

En México se presenta la gentrificación política: sustitución de políticos partidistas de abolengo y “elitización” de círculos políticos, independización o ciudadanización de candidatos para rehabilitar la deteriorada estructura democrática intentando subir las preferencias electorales y provocando la expulsión de los no pragmáticos que originalmente ocupaban espacios como dirigentes, líderes morales e incluso integrantes de “las bases”.

El cambio gentrificador presenta como primer momento la innovación —sucesión que consiste en la sustitución de grupos étnicos, propios, de cepa, por otros. Para los comicios de 2018, los partidos políticos realizaron una purga de integrantes con expulsiones, cambio de líderes en los sectores o grupos, incorporación de personajes, llegando a marginar a fundadores, ideólogos o excandiatos. En cuanto a los independientes, cada uno decidió desincorporarse y realizó una sucesión de plataforma al percibir que serían aislados de la estructura en la que militaban.

La segunda fase se identifica como filtrado, una exclusión residencial de abajo hacia arriba. La sociedad comenzó a inquietarse con lo existente, a pedir-exigir propuestas, nuevos perfiles, desaparecer plurinominales, disminuir senadores, simplificar instituciones administrativas y que el político dejara la zona de confort y la parafernalia gubernamental por “la talacha” a pie, en la calle, entre los surcos y plantaciones, en las naves industriales y en las redes sociales. Políticos fuera de curules y recintos, burócratas fuera de oficinas y juntas.

Como tercera etapa, el desarrollo o modificación arquitectónica (rehabilitación) es una revalorización del entorno a favor del mercado… y en México, con candidatos electos, registrados y aceptados, inician las campañas electorales. Nadie es “natural” y participan en alianza o como independiente y, al igual que en la arquitectura, se define estratégicamente la administración de los espacios, posibilidades y recursos para convencer a ciudadanos cuya finalidad de proyecto debe ser la preferencia electoral a su favor con beneficio directo el próximo primero de julio.

Los sujetos gentrificadores son los candidatos o integrantes del círculo con toma de decisión: “jóvenes” (menos de 15 años de militancia partidista o apartidista), incluso independientes con meses de haberse separado; su ingreso siempre ha sido mucho mayor a la media nacional; con experiencia política o burocrática, o destacados en su profesión (deportistas, faranduleros); siempre han estado cercanos a los centros políticos física o culturalmente; o directamente inmiscuidos en la problemática social (invasión de predios, obligatoriedades sindicales, protestas…). Una nueva “pequeña burguesía política”.

Y todo se debe a los espacios gentrificables que, en el contexto sociopolítico nacional, significan identidades comunitarias debilitadas, escasa cultura cívica; facilidad para injuriar, denostar y deshonrar; población mermada en la confianza y envejecida en las prácticas, clase obrera y campesina segregada física, económica y políticamente; fragilidad institucional y órganos, institutos o dependencias acéfalos.

 

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