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Ajolotes, políticos y transformaciones

José Luis Jaimes Rosado

José Luis Jaimes Rosado

                Para Miguel Galván Panzi,

                literato, catedrático y conferencista.

 

La evolución, desarrollo y contexto de la política son evidencia de marcos culturales en grupos sociales específicos. En México, desde los referentes jurídicos hasta los aspectos biológico-geográficos reflejan alegóricamente pasado y presente.

El ajolote es un anfibio endémico de la parte lacustre central, históricamente del Valle de Anáhuac y, en particular, de Xochimilco durante el periodo del siglo XV al XX. Desde el humanismo, a través de la literatura, Julio Cortázar lo describió estética y morfológicamente a partir de la otredad con el texto Axolotl (1952). En 1962, Octavio Paz en Salamandra sintetizó la narrativa prehispánica. Para 1966, José Emilio Pacheco escribió El ajolote es nuestro emblema, poesía que capturó el nacionalismo con raíz mestiza, riqueza cultural e identidad emblemática. En 1972, Juan José Arreola, con El ajolote, reflexionó la idiosincrasia mexicana a través de los mitos y creencias populares.

El ajolote, pequeño anfibio de 15 a 30 centímetros, cuya reproducción silvestre ya no se registra por la perturbación de su hábitat, actualmente es sujeto de ornamenta casera o estudio científico institucional, pero siempre en peceras; ser viviente con la cadena ADN más grande descubierta (32 mil millones de pares) y cautivador por su leyenda.

Todos los dioses aceptaron morir para que el sol siguiera su curso, pero Axolotl, hermano de Quetzalcóatl, se negó. En su huida presentó tres transformaciones. Su primera forma fue perro, paso a maíz (primera transformación), luego a agave (segunda transformación) y por último a anfibio (tercera transformación). Lo encontró Quetzalcóatl y le dio muerte: lo decapitó.

Dicha leyenda sirve como alegoría de la política mexicana, evolución del zoo como transformaciones de la nomenclatura. Tres referencias…

Primera: de Partido Nacional Revolucionario a Partido de la Revolución Mexicana y a Partido Revolucionario Institucional como “dictadura perfecta”, a Partido Revolucionario Institucional como oposición y representación de minoría social.

Segunda: del Partido Acción Nacional, de Manuel Gómez Morin, al PAN con Manuel Clouthier y la lucha por la democracia; al PAN en la Presidencia de la República por dos sexenios; y al PAN de oposición, desarticulado y sin coordinación partido-legislativo-gubernaturas.

Tercera: el actual grupo en el poder. El inicio, tres corrientes distintas, la convergencia de movimientos subversivos, la utilización de microespacios políticos (los primeros plurinominales en la Cámara de Diputados), y la escisión del PRI para materializar la primera transformación, la fundación del PRD.

Posteriormente, hubo una disociación que terminó con la conformación del Movimiento Regeneración Nacional (segunda transformación); y la tercera transformación es el arribo al Poder Ejecutivo y Poder Legislativo como grupo mayoritario.

Y es que el ajolote, además de su riqueza genética, presenta otra característica, es capaz de regenerar cada una de sus células reemplazando cualquier extremidad, incluso el corazón o el propio cerebro. Sólo muere, como lo indica la leyenda, cuando lo decapitan, separación de la cabeza del cuerpo.

Situación paralela con los partidos políticos mexicanos actuales que luchan por no perder  “una cabeza”, un dirigente, un líder.

Desde la literatura, José Emilio Pacheco escribió Acrosoma (2009), una prosa de 527 palabras con las que sintetizó la información existente, al momento, sobre el ajolote, desde el reino del cempasúchil y los lagos de Anáhuac, pasando por campos y haciendas, hasta los terrenos baldíos y las edificaciones; del estado larvario a la metamorfosis y la reproducción, de la clase de biología a la información genética, de la inteligencia humana a la perfección de Dios; del desdichado paso por la vida hasta la santidad del matrimonio; y de Sor Juana Inés a Julio Cortázar, Juan José Arreola, Salvador Elizondo y Roger Bartra.

El antropólogo y sociólogo mexicano Roger Bartra es quien con su obra Axolotiada, vida y mito de un anfibio mexicano (2011, FCE) reúne líneas del humanismo entorno a un tema, el ajolote, en tanto que desde las páginas periodísticas de Excélsior registramos elementos para configurar la vida y mito de la política nacional.

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