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“Un depredador sexual” impune en México

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

                Para mis amigos del Diario de Chiapas,
                donde desde hace años se publican estas Razones.
                Muchas felicidades por su 47 aniversario
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La sentencia contra Naasón Joaquín García, líder de la Luz del Mundo, luego de que se declaró culpable de haber abusado sexualmente de tres menores de edad de su congregación, apoyado y protegido por integrantes de la misma, fue de casi 17 años de prisión, a partir de un acuerdo que establecieron la fiscalía de California, donde fue detenido, con sus abogados defensores, para no tener que ir a juicio.

Diecisiete años de prisión pueden ser muchos, pero los 19 delitos de los que era acusado le hubieran podido acarrear varias cadenas perpetuas. El acuerdo no sólo evitó una condena justa en contra de este hombre que presume de ser el “elegido de Dios”, sino también terminar de conocer en el juicio la magnitud de sus delitos, incluyendo las tramas de complicidad política y de lavado de dinero que giran en torno a esa congregación.

El propio juez del caso terminó ofreciéndoles una disculpa a las víctimas, presentes en el tribunal, por no haber podido aplicar la condena que los delitos ameritaban. “En este año, desde que comenzó el proceso, no he dejado de sorprenderme de lo que hace la gente en nombre de la religión. Lo siento, tengo las manos atadas”, subrayó. “Los abogados han hecho lo que hacen los abogados. Jane Doe, el mundo las ha escuchado. Los familiares que las abandonaron, deberían avergonzarse”. A Naasón Joaquín le dijo directamente: “Eres un depredador sexual”.

Los testimonios de las jovencitas fueron desgarradores: Jane Doe V (es un nombre genérico que se utiliza en Estados Unidos para no dar a conocer en este tipo de casos la identidad de la víctima) relató sus siete años de sufrimiento. “El abuso empezó lento”, contó la joven. “Tenía 21 años, pero era ingenua ante el mundo, virgen. Tenía un novio al que sólo había besado, porque todo lo demás estaba prohibido. Y me dijeron que había sido elegida por Naasón para una bendición adicional”. Y la entregaron al líder. Los asistentes de Naasón, los “embaucadores” los llamó ella, le pidieron que “le diera un regalo” a Naasón Joaquín. “Lo más preciado que tuviera: mi virginidad”.

La violación fue ruda. “Había sangre por todas partes. Tú y tus embaucadores”, le dijo en la cara a Naasón, “sabían que era para mí una experiencia horrenda. Hiciste que dos me agarraran para que no me escapara. ¿Crees que eso es consentimiento?”.

Siguió siendo esclava sexual del líder. Un día, sin embargo, después de meses, la enviaron a México, a casarse “con un completo desconocido”. “Me sentí vendida, como si fuera ganado”. Y luego la raptaron, la tenían todo el día custodiada por la guardia de seguridad de Naasón. “Pensé —dijo— que me iban a matar”. Logró denunciar el caso en la embajada estadunidense (ésa es su nacionalidad) y terminó siendo rescatada por el FBI, con esfuerzos y riesgos, de una finca en Jalisco, controlada por La Luz del Mundo.

Ahí no acabaron sus vicisitudes. Jane Doe V contó que comenzó a recibir amenazas de muerte por parte de miembros de La Luz del Mundo y los integrantes de esa congregación “empezaron a decir que éramos, todas las que denunciábamos a Naasón, unas putas y que todo lo habíamos querido. Sus abogados usaron nuestros traumas contra nosotras”.

Son horas de testimonios de todas las víctimas que reclamaron una condena más dura contra este “depredador sexual”, como lo llamó el juez del caso. Todas tienen temor a las represalias de este sujeto, que en una década puede estar en libertad. Y es un temor justificado porque los otros líderes de La Luz del Mundo, pese a las pruebas en contra de Naasón, pese a los testimonios, pese a que se encontraron en su celular miles de fotos de pornografía sexual y de abusos, algunos cometidos por él mismo, esos cómplices decidieron que su jefe no sólo era inocente, sino que seguirá dirigiendo, desde la cárcel, lo que quede de esa congregación que genera millones de dólares expoliando a sus fieles.

Y que tiene una gruesa trama política detrás, iniciada por el padre de Naasón (que contaba también con acusaciones de abuso sexual similares a las que llevaron a la cárcel a su hijo), y que se reflejan, hasta el día de hoy, en el control de presidencias municipales, de diputados federales y algún senador, entre muchas otras posiciones.

Hace unos años, siendo gobernador, a una asamblea nacional de La Luz del Mundo fue el mandatario de Nuevo León, Jaime Rodríguez, El Bronco. Muy poco antes de ser detenido Naasón, a alguien se le ocurrió prestarle a La Luz del Mundo nada menos que el Palacio de Bellas Artes para que festejaran a Naasón, y ahí llegó, como invitado de honor, el secretario de Gobierno capitalino, Martí Batres, entre otros personajes políticos. No eran feligreses, me imagino que iban porque la cooperación para las campañas electorales era, por lo menos, prolífica.

Eso explica por qué este personaje, teniendo todas esas acusaciones, nunca ha sido procesado en México, a pesar, incluso, de las denuncias que presentó Santiago Nieto, cuando estaba en la UIF, por lavado de dinero y otros malos manejos financieros.

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Ahí están las pruebas y los testimonios. En lugar de estar jugando a otras cosas, sería oportuno que alguna fiscalía en México hiciera suyo el caso, protegiera a las víctimas y terminara de hacer la justicia que lo alcanzó, pero que fue insuficiente en California.

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