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Despidos y cambios en la 4T

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

Entre el ideologicismo y la realidad existe una distancia muy amplia que, a la hora de gobernar, se ha dejado sentir con toda crudeza. Y eso ha obligado a realizar cambios y ajustes en el equipo gobernante y en administraciones tan cercanas al Presidente como la de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México.

En la capital del país, la inseguridad se ha convertido en un tema que puede hundir toda la labor de gobierno, del federal y el capitalino. La jefa de gobierno y los funcionarios encargados de esas áreas han cometido muchos errores, han subestimado el desafío que tenían que enfrentar y se dejaron ganar más por el discurso que por la realidad. Esta semana, Claudia Sheinbaum está realizando una serie de cambios que deberían ser antesala de otros más profundos aún. El primero y más importante es la designación de Omar García Harfuch al frente de la Policía de Investigación, donde se habían dejado vacíos operacionales notables.

García Harfuch es uno de los mejores, sino es el mejor, policías, con esa formación de origen, en activo. Es un hombre joven, preparado, muy capacitado operacionalmente, que ha combatido el crimen en algunos de los estados más complejos del país, como Guerrero, que tuvo un rol protagónico en la lucha contra los secuestros desde la Policía Federal y luego desde la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, ahora FGR. Y que llega ahora a esta posición al mismo tiempo que se anuncia la creación del Comando de Operaciones Especiales (COE), que se especifica tendrá una relación profunda con la procuraduría capitalina, o sea con el propio García Harfuch, y la Unidad Táctica de Auxilio a la Población.

Más allá del discurso (“no tendrán formación de represores”, etcétera), lo cierto es que se construyó algo que se había perdido: una unidad especializada para combatir en todas sus formas la delincuencia organizada y los grupos violentos en la capital del país. Y recordemos que García Harfuch, el nuevo jefe de la Policía de Investigación, fue quien, antes de dejar la Agencia de Investigación Criminal de la FGR, detuvo en golpes simultáneos a los líderes de la Unión Tepito, la AntiUnión y el Cártel Jalisco Nueva Generación en la capital. Es un buen paso y un reconocimiento de que las cosas, como se habían planteado, no funcionaban.

También era inevitable la salida de Tonatiuh Guillén del Instituto Nacional de Migración (INM), dependiente de la Secretaría de Gobernación. Guillén no participó de las negociaciones migratorias de Washington, no estuvo contemplado en el equipo que se encarga desde la semana pasada de controlar los flujos migrantes y, más allá de eso, fue el principal impulsor, junto con el subsecretario Alejandro Encinas, de la política de fronteras abiertas en el sur del país, incluyendo las facilidades de traslado hacia la frontera norte, que están en el centro de la crisis que se acaba de vivir con Estados Unidos.

La ruptura con la política migratoria implementada por Guillén y Gobernación fue completada desde la semana pasada; era inevitable su salida, más aún cuando la propia Segob no participa en ninguna posición en el equipo que encabeza Ebrard. Llega al INM un hombre muy cercano a López Obrador y que ya estaba trabajando en el grupo del canciller, Francisco Garduño, hasta ahora responsable de los penales federales.

De Segob se fue también el director de comunicación, Héctor Gandini, que se incorporará con Zoé Robledo al IMSS. Hacía mucho que no teníamos una Segob tan disminuida.

 

  • Manuel Velasco Suárez

La semana pasada, recordando el aeropuerto de Llano San Juan en Chiapas, dijimos que nunca pudo operar con normalidad porque se construyó en un lugar que no era apto para ello, porque estaba continuamente cubierto de bancos de niebla, y que se había construido en tierras propiedad del entonces gobernador, el Dr. Manuel Velasco Suárez. Es una versión que se ha manejado en muchas ocasiones.

Me llamó su nieto, el exgobernador Manuel Velasco, para decirme que su abuelo, por cierto uno de los médicos más notables que ha tenido el país, con una carrera excepcional en el sector salud, nunca fue, ni él ni ninguno de sus familiares, propietario de las tierras donde se construyó Llano San Juan, que ese aeropuerto fue construido con base en propuestas, estudios, recursos y dirección de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal. El dr. Velasco sí dio el banderazo de salida de la obra, pero luego pasaron otros dos gobernadores hasta que se inauguró. Y efectivamente nunca funcionó eficientemente. Checamos la información de la época y tiene razón Manuel. La suya es una réplica legítima y justa.

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